Titoli di Stato area non Euro ARGENTINA obbligazioni e tango bond (2 lettori)

tommy271

Forumer storico
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Este Gobierno está cuidando la “caja” mucho más que el anterior. La “megaley” implica un ajuste fiscal de alrededor del 1,5% del PBI, lo que lleva las cuentas operativas del Tesoro a un ligero superávit del orden del 0,5% del PBI. Insuficiente para compensar los cerca de 4% de déficit ocasionado por los intereses de la deuda pública y los otros 4% de déficit ocasionado por el pago de intereses a los pasivos remunerados del BCRA (Leliq y pases pasivos). Pero hay superávit operativo, al fin. Y desde el inicio del nuevo Gobierno. Por otra parte, es impensable poder compensar con superávit operativo los intereses de la deuda y los pagados por el BCRA.

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Si bien los vencimientos para los próximos 45 días son tolerables, unas pocas semanas más allá ya nos ubicamos con vencimientos de deuda muy difíciles de sobrellevar si no entran dólares por algún lado. Y no es fácil que ingresen por varios motivos. En primer lugar esta no es la época del año en la que estacionalmente ingresan más dólares al país sino que lo son el trimestre junio-agosto, del cual estamos muy lejos. En segundo lugar las expectativas de aumento en las retenciones a los productos agropecuarios hicieron que se liquidara por anticipado el 40% de la cosecha gruesa esperada. Y en tercer término las estimaciones de rindes para la soja y el maíz vienen descendiendo de manera bastante abrupta debido al clima inusualmente seco que está afectando al 80% de las zonas de cultivo que explican el 70% de la producción de los mismos.

El nuevo Gobierno, que empezó haciendo bien las cosas en muchas cuestiones internas tiene que lidiar entonces con dos factores externos de riesgo: la salida de dólares por pago de vencimientos de deuda y la incierta entrada de divisas como producto de exportaciones tradicionales cuyas estimaciones vienen descendiendo.

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En este sentido la duda que asalta es si el Gobierno tiene ya diagramada una oferta pulida para buscar el canje de bonos o si aún no estamos en ese lugar. Si hay un punto en el que parece haber un retraso considerable es este. Y lamentablemente es una cuestión totalmente central. Todas las medidas laboriosamente diagramadas probablemente durante largos meses que ahora se aprueban pueden terminar siendo en balde si el Banco Central se queda con una posición crítica de reservas. En este punto hay parte de la historia que no se conoce, que no ha sido contada, y a la que quizás no tengamos acceso jamás. Lo cierto es que Alberto Fernández y sus funcionarios sabían desde hace ya muchos meses que accederían al poder en diciembre. Sabían también que el cronograma de vencimientos de deuda era incumplible.

La economía navega entre aciertos y dudas externas
 

tommy271

Forumer storico
La deuda externa total creció a u$s276.686 millones en el cierre de la era Macri

19 Diciembre 2019

Entre julio y septiembre, la deuda aumentó en u$s21.196 millones, respecto de los u$s255.490 millones que registraba al final del tercer trimestre de 2018.






La deuda externa total de Argentina creció un 8,3% interanual a u$s276.686 millones en el tercer trimestre del año -período en el que aún gobernaba Mauricio Macri-, según el informe del Balance Pagos difundido hoy por el INDEC.

En la comparación con el tercer trimestre del año anterior, el pasivo externo creció en u$s21.196 millones, mientras que bajó 0,5% respecto de los 255.490 millones de dolares de diciembre del 2018, lo que equivalió a una reducción nominal de 1.241 millones en el año.

En la medición con el segundo trimestre del año, en septiembre la deuda se achicó en 6.343 millones de dólares, lo que significó una reducción del 2,2% entre ambos



Cuenta corriente


Por otra parte, el país registró un déficit de cuenta corriente de u$s1.052 millones entre julio y septiembre agregó el INDEC. El tercer trimestre de 2018 había registrado un déficit de u$s7.442 millones.

El resultado se explica "por los ingresos primarios, que presentaron un déficit de 4.281 millones de dólares parcialmente compensado por un superávit de la balanza de bienes y servicios, (3.003 millones de dólares) y de ingresos secundarios (226 millones de dólares)", dijo el ente oficial.

La cuenta corriente es la medición más amplia del comercio de un país con el resto del mundo, e incluye el intercambio de bienes y servicios y los flujos de inversión.

El INDEC añadió que la cuenta financiera mostró un ingreso neto de capitales de 1.163 millones de dólares en período julio-septiembre.

La deuda externa total creció a u$s276.686 millones en el cierre de la era Macri
 

tommy271

Forumer storico
Deuda: todo lo que hay que saber sobre la reestructuración argentina

19 Diciembre 2019

La deuda externa es un instrumento que, bien utilizado, sirve para que un país desarrolle grandes obras de infraestructura que, de otra forma, resultan muy difícil de financiar. Sin embargo, cuando este instrumento se lo utiliza para mantener un tipo de cambio artificial y/o financiar un déficit fiscal persistente, tarde o temprano comienza a ser insostenible.


Sergio Morales







La deuda externa es un instrumento que, bien utilizado, sirve para que un país desarrolle grandes obras de infraestructura que, de otra forma, resultan muy difícil de financiar. Sin embargo, cuando este instrumento se lo utiliza para mantener un tipo de cambio artificial y/o financiar un déficit fiscal persistente, tarde o temprano comienza a ser insostenible. Este es el caso de Argentina, cuyo déficit fiscal o atraso cambiario —y no el endeudamiento per se— históricamente la llevaron a un proceso de reestructuración.


Reestructuración y default


Para comenzar debemos diferenciar el concepto de “reestructuración” y “default”, ya que muchas veces pueden sonar similares, pero no lo son. El primero, es un término muy utilizado en finanzas para definir el proceso de renegociación que inicia un país cuando no está en condiciones de pagar a sus acreedores en tiempo y forma, por lo que les propone una modificación en los plazos y monto de pago de intereses y/o amortizaciones, con el fin de eliminar así la acumulación de deudas en el corto plazo y que estas se conviertan en un endeudamiento uniforme y sustentable a largo plazo. Por otra parte, cuando un país ya no cumple con sus compromisos cae en una situación de default (cesación de pagos).

Por lo tanto, una reestructuración no siempre implica un default, ya que este puede ocurrir después de un default (como en 2001), o previamente, como el escenario que plantea el gobierno actualmente. En efecto, los costos de un default para un país son inmensamente mayores a los de una reestructuración, por restringir el acceso de este al mercado financiero internacional, o por lo menos, encarecer significativamente el crédito.


Pari passu: esta vez es diferente


En 1994 la Argentina firmó un contrato (Fiscal Agency Agreement) para emitir bonos de deuda externa con una cláusula conocida como Pari Passu —en español “de igual paso”— que establecía que, en el caso de un proceso de reestructuración, todos los tenedores de bonos sean tratados de forma igualitaria. Como es sabido, el país entra en default de esta deuda en 2001, y años más tarde inicia un largo proceso de reestructuración con dos canjes de deuda en 2005 y 2010, en los cuales se logró la aceptación del 93% de los bonistas.

Sin embargo, el 1% de los acreedores, “holdouts” también conocidos coloquialmente como “fondos buitres”, decidió no canjear sus bonos y reclamar el pago total de la deuda ante los tribunales de Nueva York, exigiendo el cumplimiento de esta cláusula, y lo lograron. Sin embargo, no muchos entendieron que el problema de Argentina en aquel entonces no era ni la capacidad ni la voluntad de pago.

Sino que, por lo contrario, también existía otra cláusula en aquel contrato, conocida como RUFO (Rights Upon Future Offers) —en español “derecho sobre ofertas futuras”— que establecía que si se pagaba a los holdouts el resto de los bonistas podía exigir el mismo trato, resultando la reestructuración inviable.

Afortunadamente, esta última cláusula tuvo fecha de vencimiento el 31 de diciembre de 2014, aunque por cuestiones políticas el conflicto se mantuvo hasta el cambio de gobierno.

Dicho esto, para comprender a qué se enfrenta Argentina actualmente, es necesario entender las condiciones de emisión (covenants) que tienen los nuevos títulos de deuda emitidos en el canje del 2005 y 2010.

En estos la “RUFO” y la “Pari Passu” se han reemplazado por las “CAC” (Collective Action Clause) —en español “cláusula de acción colectiva”— que establece que si la mayoría de los tenedores (mayoritariamente fijado en 75%) acepta las condiciones de reestructuración de la deuda, estas son jurídicamente vinculante para todos, evitando así que una minoría pueda bloquear la negociación, como en el pasado.


Escenarios


Argentina, ha emitido bonos en el canje del 2005 y 2010, en diferentes jurisdicciones extranjeras (norteamericana, europea y japonesa), utilizando una gran diversidad de series, que se distribuyeron alrededor del mundo en grupos de acreedores diferentes y, en su mayoría, anónimos. Por lo que, si bien las CAC contribuyen a mitigar el problema de bloqueo individual, no elimina el problema de una posible aparición de holdouts o acreedores disidentes.

Esto quiere decir que, la reestructuración puesta marcha en Argentina difícilmente sea ordenada y breve, más allá de la capacidad de negociación del gobierno, dadas las características actuales del sistema financiero internacional.

Es por eso, que una de las posibles salidas es que esta se realice en tres etapas. La primera, que ya ha comenzado, consiste en la negociación seniority con el FMI (Fondo Monetario Internacional), esto es, las cuestiones de endeudamiento prioritario que tienen que atenderse con este organismo internacional en el futuro y, por lo tanto, el proceso de reestructuración del próximo año debe contar con su apoyo.

La segunda etapa, el tratamiento de la deuda bajo legislación local, donde se encuentra el 80% del vencimiento del capital e intereses de privados del próximo año y, por último, quedará acordar con los tenedores de bonos bajo legislación extranjera.

En este sentido, la última semana el mercado de renta fija experimentó un rally alcista, sobre todo en la deuda bajo legislación local, motivado por la expectativa que, a pesar del riesgo de acontecer diferentes etapas de negociación, se espera que ambas jurisdicciones reciban el mismo tratamiento.

Cabe aclarar que, si consideramos el achicamiento del spread, el mercado está leyendo una reestructuración muy market friendly y quien entra a estos precios bajo legislación local, corre ciertos riesgos de sufrir una perdida en caso de darse un escenario adverso.

Por supuesto, en este escenario los bonos de corta duración están mejor posicionados que los largos, sin embargo, incluso estableciendo el supuesto amigable de quita del 20%, dos años de gracia y estiramiento de la amortización por 5 años, pero con una tasa de descuento (Yield To Maturity) del 15%, los principales bonos se encuentran en un precio cercano al break even (punto de equilibrio teórico).

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Por este motivo, los inversores con posiciones en Argentina se ven nuevamente seducidos por aprovechar la poca diferencia de spread para migrar desde bonos ley local a ley extranjera, ya que más allá de lo discursivo no hay ninguna certeza aún de que estos reciban el mismo tratamiento, y en este caso, continua siendo el bono centenario (AC17) una alternativa de inversión atractiva por ser una emisión considerablemente chica (2.7 mil millones de dólares), lo que representa para el estado argentino el pago anual en intereses de solamente 192.3 millones de dólares.

Por otra parte, el Century, además de la cláusula CAC contiene una de cross default — en español “incumplimiento cruzado— que establece que en caso cesación de pagos se pueda exigir vuelta la totalidad del préstamo de forma inmediata, y una amortización recién en el año 2117, cuyo compromiso de pago no representa un problema para la actual gestión ni para la próxima, razón por la cual, de complicarse la negociación con los acreedores, puede que incluso el gobierno decida dejarlo afuera del proceso de reestructuración.

Por lo contrario, los riesgos asociados en este bono son que, al ser de tan larga duración, cualquier tasa de descuento aplicada impacta significativamente, por lo que no resulta recomendable para inversores de corto plazo.

(*) Presidente del Centro Latinoamericano de Inversiones (CELAI). Director de Morales Inversiones. Autor del libro Análisis fundamental: estrategias para invertir en el mercado argentino.

Deuda: todo lo que hay que saber sobre la reestructuración argentina
 

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