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Presupuesto 2020: un déficit mayor a 1,2% pondría en riesgo la renegociación de la deuda

El proyecto que enviará Alberto Fernández al Congreso aportará indicios clave para el mercado sobre la reestructuración de los pagos. Desequilibrio fiscal, tarifas, jubilaciones e impuestos, los ejes en donde se pondrá la lupa.

Por Virginia Porcella
5 de diciembre de 2019







Dos días después de asumir, el jueves 12, el nuevo presidente prevé enviar el proyecto de Presupuesto 2020 que, en principio, sería aprobado en tiempo récord. El texto, sobre el que trabajan sus asesores económicos de mayor confianza, Matías Kulfas, Cecilia Todesca y también Martín Abeles, irá acompañado de la ley de emergencia económica, la cual, de aprobarse, relativizaría todo lo que se vuelque en el proyecto que rige el gasto público.

Se entiende que la emergencia económica otorgaría al Poder Ejecutivo la facultad de modificar muchos de los puntos plasmados en el Presupuesto, consensuados en el Congreso. Aun así, el nuevo proyecto que envíe el gobierno de Alberto Fernández contendrá indicios clave sobre la futura política económica para todos los sectores.

Tal vez el más obvio, y de implicancia más inmediata, es el nivel de déficit fiscal que incluirá. El dato será clave para la renegociación de la deuda. De acuerdo a los cálculos y análisis de sustentabilidad que manejan bancos, fondos de inversión y asesores de otro tipo de acreedores, el límite de tolerancia fiscal es un desvío de 1% del PBI. Tal vez, como máximo, 1,2%.
Cualquier cifra superior sería incompatible con la renegociación de la deuda y la promesa de pagar más adelante lo que se dejará de pagar en el corto plazo.


Concretamente, un desvío más cercano a 1,5% que a 1% implicaría para los acreedores que tampoco en los años siguientes se lograría el equilibrio fiscal primero y el superávit después para hacer frente a los pagos de la deuda que se comprometan en la reestructuración.
Al menos en una reestructuración voluntaria.

“Ningún inversor va a aceptar una oferta que implique un déficit mayor a 1,2% para el año próximo. Nadie pide equilibrio en 2020 pero sí para los años siguientes y si el desvío es mayor que eso el año que viene, se vuelve inverosímil la promesa bajarlo hasta llegar al superávit”, explicó Santiago López Alfaro, socio de Delphos Investments. “Sería difícil que alguien acepte una propuesta de reestructuración en esas condiciones”, agregó.

La consultora elaboró un estudio proyectando las variables macroeconómicas bajo dos escenarios. El primero, asumiendo las condiciones actuales en materia impositiva pero incorporando algunas medidas de aumento de gastos como suba adicional de jubilaciones en diciembre, prórroga de aportes patronales para pequeñas empresas y mantenimiento del nivel de subsidios. En ese escenario, el déficit alcanzaría 2,4% del PBI.

En el otro supuesto incorporan, tal como se preanuncia en el equipo económico de Alberto Fernández, una suba de retenciones a la soja al 30% como mínimo y la marcha atrás total de la reforma tributaria realizada por el actual Gobierno. Así, el desequilibrio se reduce a 1,1% del PBI. Se trata del escenario base al que apuestan en el mercado para sentarse a discutir nuevas condiciones para el pago de la deuda.


Tarifas y jubilaciones


Pero el proyecto de Presupuesto también aportará indicios sobre otras cuestiones sensibles. Por caso, el futuro de las tarifas. Del nivel de subsidios que se asigne se podrá inferir si, eventualmente, el próximo gobierno prevé alguna clase de recomposición de las mismas -tal vez acompañando parcialmente la inflación- o si analiza un congelamiento total. De todos modos, si se mantuviera estable el nivel de subsidios, eso podría significar que el costo de un posible congelamiento lo asumirían las empresas.

El otro foco de atención del texto será los gastos indexados: jubilaciones y planes sociales. El nivel de ajuste aplicado a estas partidas dará la pauta respecto respecto de la fórmula de movilidad que se aplicará, si es que se sostiene, se modifica o, más improbable, se prevén aumentos adicionales más allá de los haberes mínimos.

Pero, claro, estos últimos datos serán poco fiables ya que cualquier decisión que se tome el Congreso podría ser, en el futuro, radicalmente modificada en virtud de la nueva ley de emergencia económica que se intentaría sancionar.


Presupuesto 2020: un déficit mayor a 1,2% pondría en riesgo la renegociación de la deuda
 
El mercado ya le pone nuevo precio a los bonos con un canje "a la Guzmán"

El reperfilamiento de intereses podría arrojar subas en los bonos de entre 39% y 211%

Por Ignacio Ostera

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El mercado ya comenzó a ponerle precio a la propuesta de reperfilamiento de deuda del economista Martín Guzmán, quien suena para ocupar un cargo en el ministerio de Hacienda durante el gobierno de Alberto Fernández.


El discípulo del premio nobel Joseph Stiglitz planteó en un reciente paper presentado en las Naciones Unidas que la Argentina tiene que evitar pagar intereses por dos años, al tiempo que además deberá extender los plazos de vencimiento de capital de los bonos.

La consultora Delphos analizó en un informe difundido ayer que los títulos públicos tienen un potencial de "upside" de entre 39% y 211%, dependiendo del papel y la tasa a la que salgan al mercado los nuevos papeles.

Actualmente, los bonos cotizan a un promedio de entre 30 y 45 dólares por cada 100 nominales, un precio de default.

"Encontramos que los bonos podrían valer entre US$50 y US$80 hacia septiembre 2020, suponiendo que se estiran los plazos de vencimiento de capital en 5 años para los bonos que vencen hasta el 2028", evaluó la firma en el reporte.

En ese sentido, el escenario también incorpora que "durante tres años los intereses de todos los bonos (no Discount y Par) se pagan con un nuevo bono con características similares y vencimiento en 2025; el acuerdo con los acreedores se hace en septiembre de 2020 y hasta entonces se paga todo", y la Tasa Interna de Retorno de los nuevos títulos se ubica "entre 8% y 12%".

"El upside es muy interesante en esta variante PLUS, la mediana para los títulos evaluados va de 86% a 162%", puntualiza el reporte. En el primer caso, el potencial corresponde al bono con vencimiento en 2026, que hoy tiene una paridad de 45%.

"Pero el desafío de ejecución de una estrategia de este tipo es sustancial. El orden en que se den las noticias o los indicios, y mientras las negociaciones estén abiertas muchos imponderables, podrán afectar el valor de los títulos", advierte Delphos.

"En recientes conferencias Guzmán expresó que el camino sería el de buscar un reperfilamiento amistoso, que no implique un default en diciembre de 2019, y que persiga alcanzar un acuerdo en marzo de 2020", reza el informe de la firma dirigida por Leonardo Chialva y el ex director del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), Santiago López Alfaro.

En su paper, Guzmán sostiene que el Gobierno de Alberto no debería volver a pedir más fondos al FMI-algo que ya confirmó el presidente electo-, a excepción de que se utilicen para inversión productiva que permita incrementar las exportaciones y con ello mejorar la sustentabilidad de la deuda, el gran problema al que se enfrenta la Argentina hoy, según su visión.

Para Guzmán, el próximo mandatario tendrá como fecha límite "deadline" a marzo, de manera de evitar "efectos macroeconómicos desestabilizadores".

Crítico del FMI, Guzmán incorporó en su presentación las proyecciones de crecimiento para el país que fue elaborando el organismo de crédito multilateral a lo largo del último año y medio, desde que se firmó el primer entendimiento. En todos los casos, los pronósticos fueron siempre a la baja pero en ningún caso coincidieron con la magnitud de la recesión que se atraviesa desde el 2018. E incluyó a Grecia, país al que casualmente también le sobreestimaron sistemáticamente su capacidad para salir de la crisis.


El mercado ya le pone nuevo precio a los bonos con un canje "a la Guzmán"
 

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