Alberto Fernandez usará el respaldo político del FMI para avanzar sobre los fondos que operan en Nueva York
La declaración del Fondo fortaleció al presidente y fijó un escenario institucional que limita la capacidad de maniobra de los bonistas privados que resisten una quita importante del capital y de los intereses adeudados
Por
Román Lejtman
20 de febrero de 2020
Alberto Fernández terminó de leer el comunicado del Fondo Monetario Internacional (FMI) y exclamó: “Dimos un paso extraordinario, gigantesco”. Todavía no era la hora del té, y la burocracia del Fondo aún no había distribuido su posición institucional asegurando que la deuda argentina “no es sostenible” y exigiendo una quita “apreciable” a los bonistas que operan en New York.
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Alberto Fernández rescata esta afirmación porque le permite demostrar que tiene un plan económico, y que ese programa fue respaldado por la misión del FMI. Se trata de un hecho inédito: el Fondo está apoyando un paquete de medidas que incluye control de cambios, congelamiento de tarifas y la inexistencia de un presupuesto nacional para este año.
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En consecuencia, se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad. El personal del FMI hizo hincapié en la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda”, establece el comunicado del Fondo.
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Este párrafo del comunicado es la base argumental que usará Alberto Fernández para avanzar sobre los bonistas que operan en New York. El presidente considera que el FMI encorcetó a los fondos del Inversión y que
estableció que la sostenibilidad de la deuda sólo se alcanzará con una quita importante del capital y de los intereses que devengan los títulos soberanos con legislación extranjera.
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Entonces, la hoja de ruta para la deuda externa argentina sería de la siguiente manera:
1. Acuerdo definitivo con el FMI. Esto significa si finalmente se pagarán o no, los intereses corrientes que vencen acorde al cronograma fijado por el Stand By agreement. Hasta cuando se postergará el pago del capital. Y si se sumará a ese pago, los intereses devengados por la prorroga de esos vencimientos previstos para 2021, 2022 y 2023.
2. Acuerdo con los bonistas privados. La posición del FMI fortalece la negociación que ejecutará Guzmán con las órdenes de Alberto Fernández. Y de esta manera, el ministro de Economía planteará una quita y un roll over del capital, y una poda importante y una postergación larguísima del pago de los cupones. El gobierno asume que habrá una negociación tensa y que se estirará más allá del 31 de marzo.
Alberto Fernandez usará el respaldo político del FMI para avanzar sobre los fondos que operan en Nueva York