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tommy271

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El S&P Merval rebotó 1%, pero volvió a subir el riesgo país en un mercado que espera señales

07 Noviembre 2019

El índice líder de BYMA repuntó a 35.869,21 unidades, luego de perder un 3,7% el miércoles. Los principales ascensos del día los protagonizaron las acciones del Grupo Financiero Valores (+5,1%); Transener (+5%); y Holcim (+4,7%).

Juan Pablo Marino[email protected]







Con la atención puesta en la llegada de balances, la bolsa porteña rebotó este jueves por recompras selectivas de posiciones tras la fuerte caída de la víspera, en una plaza que continúa a la espera de señales políticas y económicas del nuevo presidente electo.

Ayudado por el clima positivo reinante en Wall Street, el S&P Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) repuntó un 1%, a 35.869,21 unidades, luego de perder un 3,7% el miércoles, en una plaza con menores negocios por un feriado bancario. El índice líder se mantiene en el tramo medio del rango que operadores marcan como piso (32.000/32.500 puntos) y resistencia (37.500/38.000 puntos) para el corto plazo.

Ante este panorama, los principales ascensos del día los protagonizaron las acciones del Grupo Financiero Valores (+5,1%); Transener (+5%); Holcim (+4,7%); Cablevisión (+4,4%); y Grupo Financiero Galicia (+3,9%).

Por el lado de las bajas, las más relevantes de la rueda fueron las de Cresud (-2,7%); Central Puerto (+2,2%); Aluar (+1,9%); Telecom Argentina (+0,7%); y Grupo Supervielle (0,5%).

El volumen operado en acciones fue escaso y apenas rozó los $830 millones (entre Petrobras, Galicia e YPF se transó casi el 50% del monto total negociado).

Los inversores estuvieron atentos a la llegada de varios balances trimestrales, a fin de septiembre. "A priori, parece bueno el resultado de Ternium y no tanto el de YPF, perjudicado por las renovadas dificultades en las operaciones de Vaca Muerta", comentó un analista. Los papeles de la productora de aceros subieron un 0,6%, mientras que los de la petrolera avanzaron un 1,9%.


Acciones argentinas en Wall Street


En Wall Street, por su parte, los papeles de empresas argentinas terminaron con mayoría de alzas lideradas por Despegar (+7,8%), Corporación América (+5,5%), Telecom Argentina (+3,2%), Grupo Financiero Galicia (+3,2%) y Ternium (+2,6%).

Las únicas cinco acciones que registraron pérdidas fueron IRSA Propiedades Comerciales (-2,9%), Cresud (-2,2%), Central Puerto (-2,1%), Grupo Supervielle (-0,3%) y Tenaris (-0,1%).

Fue en una jornada en la que el Dow Jones y el S&P 500 alcanzaron nuevos máximos históricos en Wall Street, ya que las últimas señales de progresos en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China tranquilizaron a los inversores, aunque un informe planteó cierta inquietud sobre las perspectivas de un acuerdo.

El Promedio Industrial Dow Jones subió un 0,7%, a 27.674,8 unidades, mientras que el S&P 500 ganó un 0,3%, a 3.085,18 unidades. El Nasdaq Composite, en tanto, avanzó también un 0,3%, a 8.434,52 unidades.

China dijo que había acordado con Estados Unidos eliminar los aranceles por fases, mientras que la agencia estatal de noticias Xinhua informó que Pekín también está considerando remover restricciones a las importaciones de aves de corral.

Pero los índices redujeron sus ganancias en las operaciones de la tarde después de que un informe de Reuters, que citaba fuentes, aseguró que el plan de la Casa Blanca para revertir los aranceles a China enfrenta una oposición interna y que la decisión final aún se ha tomado. Los inversores esperan que un acuerdo comercial provisorio entre Estados Unidos y China incluya una promesa de Washington de eliminar los aranceles que entrarían en vigencia el 15 de diciembre. Los últimos resultados corporativos también generaron optimismo.

El índice de tecnología del S&P 500 cerró con una subida de un 0,7%, ante un salto de 6,3% de las acciones del fabricante de chips Qualcomm Inc, que pronosticó ganancias para el actual trimestre por encima de las estimaciones de los analistas. El sector industrial, sensible al comercio, terminó con un incremento de un 0,2%.

Por otra parte, el índice Bovespa, principal indicador de la bolsa de San Pablo, subió 1,1% y se situó en los 109.580 puntos. Así logró un nuevo récord en medio del optimismo de los inversores sobre el fin de la disputa comercial entre Estados Unidos y China.


Riesgo país y bonos argentinos


El riesgo país argentino continúa en niveles máximos de nueve semanas ante las persistentes dudas de los inversores sobre el futuro económico luego de la asunción del nuevo Gobierno en diciembre.

El índice medido por el banco JP Morgan, subió 29 unidades a 2.360 puntos básicos (1,2%), niveles similares a los anotados a inicios de septiembre y lejos de los 600 puntos registrados hace un año.

En este marco, los bonos nominados en dólares terminaron mixtos (el AY24D sumó un 0,8%, pero el AC17D cedió 1%), mientras que sus especies en pesos bajaron hasta 2,3% (AC17), profundizando su variación negativa en el mes.

"Los bonos en dólares continúan reflejando las dudas de los inversores respecto a la sostenibilidad de la deuda", indicaron desde el Grupo SBS. En ese sentido, tras el cierre del mercado, el presidente electo, Alberto Fernández, dio una señal al respecto, al afirmar que Argentina no puede “pagar la deuda” en las condiciones que se encuentra su economía.

"Ya estamos cerca de terminar la segunda semana de transición y las propuestas económicas-financieras no llegan. A medida que pasan los días y nos acercamos al 10-D, la impaciencia del mercado por conocer definiciones crece, donde la reestructuración de la deuda aparece primera en la lista de prioridades", advirtieron desde Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI).

Por su parte, la deuda soberana en pesos, aunque con bajo volumen negociado, operó ofrecida anotando bajas de entre 1% y 3% en promedio tanto para el tramo CER como floaters.

Por último, la tasa de la Leliq marcó un cierre de 64,013%, 83 puntos básicos menos respecto al martes pasado.


El S&P Merval rebotó 1%, pero volvió a subir el riesgo país en un mercado que espera señales
 

tommy271

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El dólar cerró casi estable a $63,22; sostenido por el Banco Central, que compró más de u$s200 millones

07 Noviembre 2019

El billete verde cedió cuatro centavos en agencias y bancos de la city porteña, de acuerdo al promedio de Ámbito. En el Banco Nación, el billete verde cayó 50 centavos a $63, mientras que en el canal electrónico bajó a $62,95. El BCRA aprovechó la ausencia de la demanda para comprar algo más de u$s200 millones, por lo que desde la implementación del cepo hard ya sumó a sus reservas más u$s700 millones, de acuerdo a cifras del mercado.


Daniel Blanco Gómez





Tras el feriado bancario, el dólar cedió cuatro centavos este jueves a $63,22 en bancos y agencias de la city porteña, según el promedio de Ámbito, aunque fue sostenido por compras del Banco Central por algo más de u$s200 millones, señalaron operadores del mercado.

En el Banco Nación, el billete verde cayó 50 centavos a $63, mientras que en el canal electrónico bajó a $62,95.

La caída del minorista se dio en sintonía con el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), donde la divisa retrocedió cinco centavos a $59,60 en el marco del cepo hard que mantiene virtualmente paralizado al mercado.

“Como sucede desde el inicio de la semana, la oferta disponible no tiene contraparte genuina del lado de la demanda y genera bajas de los precios que caen hasta la aparición de los bancos oficiales con sus habituales compras en el mercado”, analizó Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio.

Y agregó que el rígido control de cambios mantiene un escenario en el que la ausencia de compradores libera el espacio para que las compras oficiales se transformen en el único factor que sostiene los precios e impide una caída significativa de la cotización del dólar.


Desde la implementación del cepo hard, la autoridad monetaria ya sumó a sus reservas más u$s700 millones a través de compras en el mercado de cambios, de acuerdo a cifras del mercado.

Los precios máximos de hoy se anotaron en los $59,70 con la primera operación formalizada, cinco centavos arriba del cierre anterior.

Solo cuando puntuales ausencias oficiales dejaron de sostener al tipo de cambio se anotaron los mínimos de la fecha al registrarse negocios en los $59,58.

“Todo indica que el actual sistema se mantendrá hasta el fin de año y posterga todas las expectativas de modificaciones cuando se haga cargo definitivamente la nueva administración”, afirmó Quintana. El volumen operado en el segmento de contado fue de u$s452 millones.


Dólar blue, "contado con liqui" y MEP


El dólar blue cayó $1 a $64, de acuerdo a un relevamiento efectuado por Ámbito en cuevas de la city porteña. De esta manera, la brecha con el oficial alcanzó el 1,23%.

El dólar "contado con liqui" bajó 27 centavos a $78,22, por lo que la brecha con la cotización mayorista se ubica en el 31,2%.

En tanto, el dólar MEP o Bolsa descendió $1,25 a $72,62, lo que implica un spread del 21,8% frente al precio de la divisa que opera en el MULC.


Tasa de Leliq


La referencia diaria de Leliq, equivalente a la tasa de política monetaria, se ubicó en un 64,013%, tras la absorción de $143.748 millones.

El Banco Central efectuó la primera subasta Letras de Liquidez (Leliq) a siete días de plazo por un monto adjudicado de $89.714 millones. La tasa promedio de corte se ubicó en 64,070%, siendo la mínima de 63,72% y la máxima de 64,25%.

En la segunda licitación, la entidad monetaria reconoció un rendimiento promedio del 63,919%, frente al 64,07% de la primera licitación del día, con un monto colocado de $54.034 millones, con una tasa mínima del 63,14% y una máxima del 64,05%.


Futuros y reservas del BCRA


En el mercado de dinero entre bancos el call money operó al 57,50%. Mientras que en el mercado de futuros ROFEX, se operaron u$s344 millones; 1,7% menos que el martes.

Desde ABC Mercado de Cambios señalaron que los plazos más cortos concentraron más del 65% de los negocios. En ese marco, indicaron que noviembre y diciembre terminaron operándose a $61,87 y $66,50; con una tasa de 60,44% y 78,25% respectivamente. Y agregaron que salvo fin de mes, los demás plazos subieron más del 2% a partir de enero.

Por último, las reservas del BCRA cortaron una racha de tres subas diarias consecutivas este jueves, al ceder u$s272 millones a u$s43.108 millones, debido al pago de deuda del Tesoro, a desembolsos a organismos Internacionales, y a la cancelación del cupón del bono AY24.

El dólar cerró casi estable a $63,22; sostenido por el Banco Central, que compró más de u$s200 millones
 

tommy271

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Pagan Bonar 24, pero inquietan otros vencimientos

08 Noviembre 2019 - 00:00

El Gobierno pagó ayer unos u$s350 millones por el cupón de renta del Bonar 24. Aunque parezca una paradoja, el problema no parece ser los dólares. El talón de Aquiles está en la deuda emitida en moneda local.

Alejandro Colle







El Gobierno pagó ayer unos u$s350 millones por el cupón de renta del Bonar 24. Al menos los u$s220 millones que estaban en manos privadas. La semana próxima le vencen $16.000 millones de Bonos del Tesoro 2020 (Bontes) y u$s321 millones de Letras reperfiladas en agosto.

Los funcionarios del área económica de Mauricio Macri cuentan los días que faltan hasta el 10 de diciembre. No hay dudas ya de que en los últimos meses la estrategia oficial en lo económico se limitó a llegar con relativa dignidad a las elecciones y ahora, en la transición, el mayor logro que aparece a la vista es el de ser el primer gobierno no peronista que llega al fin de sus mandato. Quedan 22 días hábiles para la entrega del mando. Después el problema será de Alberto Fernández.

Hasta entonces, las reservas disponibles sobran para cumplir las obligaciones en dólares con los tenedores privados. Descontando el pago de ayer, el total hasta fin de noviembre, cuando cae el último vencimiento, son unos u$s700 millones. Y es probable que tampoco le falten a la administración entrante. Al menos en lo que le quede del año. Los dólares que vencen desde el 13 de diciembre y el cierre de 2019 suman 983 millones, entre los cupones de renta de bonos y las letras del Tesoro.

Aunque parezca una paradoja, el problema no parece ser los dólares. No sobran, pero hay suficientes en las reservas para atender el pago de la renta del Centenario (u$s177 millones, el 28 de diciembre), los cupones de los Bonar 22, 25 y 27 (u$s35 millones, el día 30) y los intereses del Par y el Discount (u$s256 millones, el 31).

Nadie duda tampoco de la capacidad para hacer frente a los vencimientos de enero y febrero, que entre bonos y letras ascienden a unos u$s2.600 millones. Al menos se estima que para entonces el nuevo gobierno habrá comenzado las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los grandes fondos de inversión, que son los tenedores de los títulos soberanos a reestructurar.

El talón de Aquiles está en la deuda emitida en moneda local. Además de los Bontes, en lo que resta de noviembre vencen obligaciones correspondientes a Letras en pesos por $24.000 millones, entre Letras Capitalizables (Lecap) y Letras Ajustables por CER (Lecer). Y a principios de diciembre, pocos días antes del traspaso de mando, unos $15.000 millones de Lelink reperfiladas que vencían en septiembre.

El Gobierno no tiene pesos. Tuvo que recurrir a ampliación de partidas presupuestarias y a adelantos del Banco Central por utilidades teóricas, con lo que obtuvo unos $400.000 millones. También recurrió a un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para obligar a que empresas, organismos, entes y fondos fiduciarios del Estado solo puedan canalizar sus excedentes transitorios de caja a suscribir letras del Tesoro.

Ayer mismo, la Secretaría de Finanzas, en resolución conjunta 73/2019 con el Ministerio de Hacienda, dispuso una nueva emisión de Letras del Tesoro en pesos por $5.000 millones a 180 días, con vencimiento en 5 de mayo, que ajustarán por la tasa Badlar para bancos públicos. Los destinatarios de esas letras son organismos y entes como el PAMI, la Anses y cualquiera que tenga nadie en el sector privado está dispuesto a prestarle al Estado después de la reprogramación unilateral de los vencimientos ocurrida a fines de agosto. Y es poco probable que la situación se modifique a partir del 10 de diciembre. El propio Alberto Fernández admitió que esa “no es una fecha mágica”.

Pero a partir de ese día, es altamente probable que se inicien sin más demora los contactos con los acreedores para explorar el ánimo relacionado con un reperfilamiento (opción de máxima, que implica solo extensión de plazos, si quita y manteniendo las condiciones originales) o la reestructuración de la deuda (un combo de quita, baja de intereses y extensión de plazo con período de gracia).

En este terreno no se descarta los encargados de encarar las negociaciones intenten incluir en el paquete las letras y bonos emitidas en moneda local. El 21 de diciembre les vence el Bono Ajustable por Tasa de Política Monetaria (Botapo) por $25.400 millones. Y para 2020 los compromisos en moneda nacional, sin calcular intereses ni actualizaciones, ascienden a $800.000 millones.

La alternativa es, como ocurre ahora, seguir atendiendo esos compromisos con emisión monetaria. No es algo que asuste a los referentes económicos del futuro gobierno, aunque la utilización de esta fuente de financiamiento sería utilizada dentro de límites prudenciales. Saben del posible impacto que podría causar en los precios. Y, a pesar del cepo, el dólar al que se puede acceder vía Bolsa, no es solo un precio más de la economía: también influye en la formación de los otros precios.


Pagan Bonar 24, pero inquietan otros vencimientos
 

tommy271

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Imposible de pagar: los vencimientos en el 2020 representan un 9% del PBI

08 Noviembre 2019 - 00:00

Según un trabajo de CIPPEC en la situación resulta imposible pagar los vencimeintos de deuda. "El Gobierno puede procurar, entonces, realizar una operación de reprogramación de su deuda", advierte.


Liliana Franco






En materia de endeudamiento, el año 2020 presenta un pico de vencimientos de capital mayormente con el mercado por 9% del PBI. “En la situación actual, en la cual Argentina ha perdido el acceso a los mercados voluntarios de crédito, resulta imposible cubrir estos vencimientos”, señala el documento “Presupuesto 2020: ajuste, endeudamiento y futuro incierto” de CIPPEC.

El trabajo elaborado por Martin Rapetti, Ricardo Carciofi y Pablo Carreras Mayer asegura que “no hay ahorro fiscal posible ni activos financieros líquidos que permitan cancelarlos sin acceso al crédito -por lo que- el Gobierno puede procurar, entonces, realizar una operación de reprogramación de su deuda. El paper analiza la evolución de la deuda argentina y las posibilidades de su reperfilamiento. Estos datos explican el proyecto de ley enviado por el Gobierno para reperfilar los vencimientos de la deuda y la preocupación del candidato electo respecto a este tema.

El trabajo reseña que desde diciembre de 2015 la deuda pública ascendió de forma sostenida. Medida a tipo de cambio real constante pasó de 53% a 75%. Sin considerar la deuda con otros organismos estatales, pasó de 20% a 46% del PBI. Si la evolución se mide a tipo de cambio observado, el peso de la deuda como proporción del producto se ha casi duplicado en menos de 4 años, pasando del 49% en diciembre de 2015 al 94% en septiembre de 2019. Esta fuerte suba del peso de la deuda es la que ha generado “preocupación en los mercados de crédito respecto a la capacidad del Estado argentino de cumplir en tiempo y forma con los servicios que trae aparejada”.



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Sin embargo, el paper advierte que no todo el crecimiento del endeudamiento debe atribuirse al actual Gobierno. Con la perspectiva que brinda el paso del tiempo, considera razonable argumentar que a fines de 2015 el gobierno entrante heredaba una configuración macroeconómica que tenía por delante la corrección de varios precios relativos, incluyendo al tipo de cambio real.

Presumiblemente esta corrección, sostienen los autores, iba a implicar una contracción de la actividad y si a esto se le suma la incorporación de nueva deuda para cerrar el arreglo con los holdouts, el punto de partida de la deuda no era de 49% del PBI sino uno necesariamente más alto. Con los datos de hoy, estos tres factores implican unos 18 puntos porcentuales del PBI, lo que equivale a una deuda de 67% del PBI.


Sobreestimación


Más adelante se relativiza el peso de la deuda. Se señala que ciertamente la deuda pública total a los actuales niveles de actividad económica y de tipo de cambio real equivale a 94% del PBI. Pero es válido también argumentar que el PBI se encuentra hoy por debajo de su potencial por lo que este valor podría estar sobreestimando el peso de la deuda. Del mismo modo, el tipo de cambio real está en la actualidad en un valor probablemente por encima del “equilibrio” y ciertamente por encima del promedio histórico. Por ejemplo, si el ratio de deuda-PBI se calcula al tipo de cambio real promedio de 1994-2019, el peso de la deuda se reduce al 75% del PBI.

También concentra la atención sobre la deuda neta de tenencias en mano del sector público. Si se toma este stock, la relación deuda-PBI se reduce a 58% a tipo de cambio real actual y a 46% a tipo de cambio real promedio histórico. La parte de la deuda en manos del sector privado se reduce a 36% y 29% del PIB respectivamente.


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“Un nivel de 46% de la deuda neta de tenencias del sector público (a tipo de cambio real promedio histórico) pareciera un parámetro tolerable en comparación con lo que se observa en otras economías”, evalúa el trabajo. Sin embargo, advierte que “bajo la trayectoria de crecimiento económico reciente de Argentina y ante la precariedad de la situación fiscal, la capacidad de Argentina de servir este nivel de endeudamiento es desafiante”.

En este contexto, se considera que “deberá renegociarse el acuerdo con el FMI ante la imposibilidad de acceder al mercado para cubrir los abultados vencimientos de capital con el organismo”. Y deja planteada la pregunta si esta reaproximación al organismo seguirá bajo el marco de un acuerdo stand-by o si se optará por un programa de diferente formato.

Por otro lado, se abrirá una renegociación con los acreedores privados que probablemente, se señala, cuente con la cooperación del FMI. Si bien el proyecto de Clausula de Acción Colectiva, CAC, “permite entrever parte del camino trazado, el recorrido recién se inicia”.

El trabajo concluye que “parece claro que estos desafíos difícilmente puedan encararse sin un abordaje integral. La viabilidad de un nuevo programa con el FMI y el reperfilamiento de la deuda pública no podrá conseguirse sin que la economía retome rápidamente la senda de la recuperación y, luego, del crecimiento”.



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Los autores enfatizan que “volver a crecer es condición necesaria para cualquier programa que aspire a la sostenibilidad fiscal y financiera”. Y agregan que “recuperar el crecimiento, bajar la inflación, y mostrar una trayectoria fiscal-financiera sostenible que generen confianza requiere una aproximación en múltiples frentes”.

Será prioritario entonces –insiste el documento- que el próximo Gobierno dé forma a un programa macroeconómico en el que se articulen las políticas fiscal, monetaria, cambiaria, financiera y de ingresos -un acuerdo de precios y salarios- que cuente con el aval del FMI y que ofrezca una base sólida para el reperfilamiento de la deuda pública con los acreedores privados.


Imposible de pagar: los vencimientos en el 2020 representan un 9% del PBI
 

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