Titoli di Stato area non Euro ARGENTINA obbligazioni e tango bond

La bolsa porteña operó en positivo durante toda la rueda, aunque cerró en baja

09 Diciembre 2019

El índice líder S&P Merval cerró en las 36.409 unidades. Cortó un racha de tres alzas consecutivas. Sucedió tras la confirmación de Martín Guzmán como ministro de Economía y un día antes de la asunción del presidente electo Alberto Fernández.

Mariana Leiva







La bolsa porteña registró subas de hasta un 2,2% durante la rueda, pero terminó con una mínima baja, un día antes de la asunción del presidente electo, Alberto Fernández y tras el anuncio del nuevo gabinete de Gobierno realizado el viernes.

El índice líder S&P Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) cayó un 0,4%, a 36.409 unidades, encabezado por la mejora anotada en acciones energéticas, luego de acumular durante la semana pasada un alza del 6%.

Las principales alzas fueron anotadas por las acciones de YPF (3,9%), Central Puerto (2,1%) y Transener (1,9%); mientras que los títulos que mayores bajas registraron fueron los de BYMA (-3,9%), Cresur (-3,4%) y los de Aluar (3,2%).En tanto, las acciones en Wall Street rebotaron hasta un 17,5%, tal es el caso de Irsa.

Desde el 2015, año de la asunción de Mauricio Macri, el Merval avanzó en términos nominales un 277%, de 13.107 puntos a 36.409, pero en dólares sufrió una pérdida de 59,3%, siendo el 2017 el único año que experimentó una suba en términos de moneda dura.

"Esto se debió a las sucesivas devaluaciones que llevó a cabo el gobierno de Macri que licuaron el poder adquisitivo y las ganancias de los inversores. Un período donde dos grandes (Petrobras y Tenaris) con gran volumen de negociación y queridas por los inversores dejaron de cotizar en el mercado local", destacó el analista Joaquín Candia de Rava Bursátil.

En el mercado no conocen al designado ministro de Economía, Martín Guzmán, pero aceptan que tiene crédito abierto.

"Guzmán es prácticamente una incógnita para el mercado, que buscó en las últimas semanas analizar cada paper y presentación que ha realizado en los últimos años sobre reestructuración de deuda, tratando de meterse en su cabeza", expresaron desde Porfolio personal.

Aclararon que "no obstante, es claro que deberá -y en eso es nuevo- combinar de ahora en más su posición como economista académico, con la política y la gestión pública...sin dudas, un desafío".

En principio, la posición que tiene Guzmán sería positiva para el mercado de deuda. "No obstante, no tardará en pesar la necesidad de que cualquier propuesta que se ponga sobre la mesa deberá incluir un camino fiscal que la sostenga", se explayaron.

Al mismo tiempo, los analistas advirtieron sobre la necesidad de que la negociación de la deuda con los acreedores privados se haga en paralelo con la del FMI.



Renta fija


La renta fija local tuvo una muy buena jornada, gran parte de los títulos en dólares avanzaron en sus cotizaciones en más de un 3%, destacándose el aumento del Bonar 2024 en dólares (AY24D) con un 4,9%.Los mismos expresados en moneda local acompañaron la recuperación pero con menores variaciones porcentuales, y aquí también el mejor fue el Bonar 2024 con un 2,09%.

Durante este periodo la renta fija local tuvo momentos muy buenos y otros no tanto, a modo de ejemplo tomaremos el AY24D por ser el más representativo. Un bono que llegó a valer u$s112,39 a fines del 2015 durante el comienzo de la gestión del Presidente Mauricio Macri, alcanzando su apogeo en los u$s123, valor que alcanzó dos veces en el 2017, para finalmente concluir hoy a u$s39,15 pagando varios servicios de deuda y hasta con una amortización.

El riesgo país -medido por el banco JP Morgan- caía 123 puntos básicos a 2.194 unidades frente a un valor de 480 unidades registrado en diciembre de 2015 cuando asumió Macri.

La bolsa porteña operó en positivo durante toda la rueda, aunque cerró en baja
 
Dólar blue: a cuánto cayó el paralelo y el CCL en la última rueda de Macri

09 Diciembre 2019

La divisa informal descendió un 1,8% ($1,25) según el relevamiento de Ámbito en cuevas de la city porteña. De esta manera, el spread con el dólar oficial minorista se cerró casi en el 11%.




El dólar blue descendió un 1,8% ($1,25) a $69,75, según el relevamiento de Ámbito en cuevas del microcentro porteño en el marco de un mercado oficial regido por un fuerte control de cambios.

Con esta caída, la brecha entre el dólar negro y oficial minorista se achicó al 10,7%.


Dólar oficial

Por su parte, el dólar minorista subió cinco centavos a $62,99, de acuerdo al promedio realizado por el Banco Central (BCRA) en bancos y agencias de la city porteña.


Dólar Banco Nación

En el Banco Nación, el billete verde avanzó 25 centavos a $62,25, mientras que en el canal electrónico se vendió a $62,45.

Dólar mayorista

En tanto, en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), la divisa avanzó un centavo a $59,95.

Dólar CCL y Bolsa

El Contado con Liquidación bajó 2,9% ($2,30) a $76,60, por lo que la brecha con la cotización mayorista se acortó al 27,8%.

En tanto, el dólar MEP o Bolsa ascendió 3,1% a $73,03, lo que implicó un spread del 21,8% frente al precio de la divisa que opera en el MULC.

Dólar blue: a cuánto cayó el paralelo y el CCL en la última rueda de Macri
 
Alberto Fernández advirtió que "el riesgo de default es muy alto"

09 Diciembre 2019

El mandatario electo responsabilizó a Macri por la herencia que recibirá y anticipó que las medidas económicas de su Gobierno se conocerán "desde el primer día".





A horas de asumir como presidente, Alberto Fernández advirtió que "el riesgo de default es muy alto" en la Argentina. En ese contexto, el referente del Frente de Todos responsabilizó al saliente Mauricio Macri por haber dejado al país en esa situación al tiempo que anticipó que las medidas económicas se conocerán "desde el primer día".

No obstante, aclaró que aunque se anuncien medidas "no se resuelven las cosas" de inmediato. "Vamos a tratar de cambiar el rumbo; esta locomotora que iba derecho al precipicio. Va a parar y se va a dar vuelta", enfatizó. Dijo que "se trata de poner en marcha una economía muy lastimada y va a llevar tiempo. La primera necesidad es que la economía vuelva a funcionar".

"Llevamos dos años de caída de consumo. Esto se resuelve poniendo recursos en la gente que menos tiene. Revisando los precios que, en algunos productos como los alimenticios y farmacológicos, tienen que ver con la vida de la gente", consideró.

En declaraciones a Radio Nacional, Fernández dijo que "el mercado nacional está impedido de pagar y el riesgo de default es muy alto". "De hecho, Macri lo ha declarado. Creo que es toda su responsabilidad. Más allá de que lo acepte o no, a nadie le cabe duda sobre su responsabilidad por el tema de la deuda", señaló.

Dijo que "está claro que el Gobierno puso el cepo que puso porque se gastó todos los dólares". "En ese estado de cosas es muy difícil dejar abierta la compra de dólares porque no los hay", adelantó el futuro presidente.

Sobre la reacción negativa de los mercados tras las primarias de agosto último, Fernández la consideró una "locura". "Si los mercados reaccionaron así por miedo a que seamos un populismo chavista, fue por la culpa de Macri por haber mentido, porque no somos eso", aclaró.

"Está claro que Mauricio Macri y yo tenemos diferencias conceptuales profundas, pero vivimos en un mismo país y tenemos que entender todos que el secreto de la convivencia democrática es respetarse, no tolerarse", sostuvo Fernández.

Dijo que "tolerar es aceptar a disgusto, quiero que me respeten. Podemos pensar distinto, de cómo alcanzar los objetivos. Nadie tiene la verdad absoluta, hay verdades relativas y debemos aprender a vivir en lo diferente".

Alberto Fernández advirtió que "el riesgo de default es muy alto"
 
La clave oculta de la renegociación de la deuda

10 Diciembre 2019 - 00:00


Walter Graziano





A medida que se acerca el momento de la renegociación de la deuda comienzan a surgir diferentes versiones acerca de qué es lo que los acreedores van a demandarle al país que haga. Y todas las versiones tienen algo común entre sí: la necesidad de un suculento superávit fiscal con el cual pagar los servicios de la deuda, en el supuesto de que los vencimientos de capital puedan renovarse cuando comiencen a vencer como hacen todas las naciones del mundo.

Si bien este concepto abunda en las distintas noticias que al respecto ha brindado la prensa, no se han dado a conocer números. Vayamos a eso entonces. Supongamos por un momento que no hubiera refinanciación o que la misma fracasara y Argentina siguiera en la tesitura de pagar al menos los intereses de la deuda. ¿Qué superávit fiscal habría que tener? Supongamos una deuda de u$s300.000 millones y una tasa promedio de interés del orden del 5% anual en dólares.
Supongamos que la tasa de la deuda nominada en pesos también termina siendo en términos de dólares el 5%. En tal caso habría que pagar u$s15.000 millones, para lo que se necesita un superávit fiscal primario del orden del 5% del PBI. Aquí surge claro entonces porqué se busca refinanciar la deuda y porqué no basta meramente posponer los vencimientos un par de años. Un superávit fiscal del 5% del PBI es solo una quimera.


Si Argentina estuviera creciendo a buen ritmo se podría pensar en la idea -remota, pero posible- de alcanzar tamaña cifra. Pero con el país sumido en una cruenta recesión que no da ninguna señal de ceder, ajustar las cifras fiscales para que otorguen ese resultado equivale o bien a liquidar empresas subiendo impuestos o bien a reducir salarios públicos y jubilaciones en porcentuales draconianos. Imposible.

Si suponemos que los intereses se reducen a la mitad todavía estamos en un duro 2,5% del PBI de necesidad de superávit. Dado que hoy estamos en déficit fiscal primario, surge entonces que la magnitud del ajuste fiscal que debería hacerse no es menor al 4% del PBI. A partir de este momento queda muy claro por qué el rumor acerca de una quita en la deuda va a materializarse: porque sin quita el ajuste fiscal necesario luce imposible de lograr.

Si no hay quita en el capital la reducción en los intereses debería ser superior al 50% de los mismos
con lo que muchos piensan que estamos viviendo con la deuda un problema de una magnitud realmente muy preocupante porque no parecen bastar más plazos, gran rebaja en los intereses ni -inclusive- módicas reducciones en una quita de capital, la cual en un primer momento se descartaba pero con el paso de las semanas esto es más inseguro. En este punto muchos pueden ser muy pesimistas. ¿Por qué? Porque el arreglo necesario con la deuda desde el punto de vista fiscal -recuerde el lector esta palabra- es tan fuerte que pareciera que las negociaciones van para largo, que no habrá soluciones rápidas y que para colmo el porcentaje de aceptación puede no ser demasiado alto cayendo Argentina nuevamente en breves años en la necesidad de lidiar con fondos buitres que podrían empezar a comprar papeles de deuda en cuanto lo que hasta aquí se ha dicho empiece a quedar claro para los mercados. La dinámica es fácil de pensar.

Se empieza a negociar la deuda, las negociaciones van a marcha forzada, lentas, las expectativas favorables se dan vuelta, no cabe más remedio que sincerar un default que se pretendía evitar, sube la tasa de riesgo país, bajando así las cotizaciones de los bonos argentinos, y cuando estos bajan por debajo del 30% de paridad volvemos a toparnos con Elliot Management, Paul Singer y toda la tropa de ladrones de guante blanco nacida a la luz de la falta de una adecuada legislación internacional en materia de defaults soberanos.

Entonces, puede que el lector piense que estamos a muchos años de que la economía argentina tenga algo de paz. Pero por suerte… no es así. Lo que parece pesadilla puede terminar siendo… solo eso: un sueño y nada más que un sueño. El lector puede preguntarse cómo puede ser así si todavía nadie inventó una aritmética en la cual dos más dos no sea cuatro.

Y el problema nace del hecho de que inadvertidamente se ha colado un error en todo este cálculo. Y es un involuntario error en el que caen acreedores, mercados, prensa internacional, el FMI, el gobierno que se va y esperemos que no el que viene. ¿Cómo es la historia entonces? Estos cálculos de más arriba son válidos para países en los que la deuda está nominada en la misma moneda que circula en el mismo. Por lo tanto, el viejo cálculo del almacenero de pedir un superávit fiscal (¿recuerda el lector esa palabra?) para poder pagar los intereses de la deuda es válido. Recaudando más de lo que se gasta y en la misma magnitud de los vencimientos de intereses que hay que pagar las cuentas de una renegociación “cierran”. Pero hete aquí que la cosa en Argentina es diferente porque la moneda en la que está nominada de manera abrumadora la deuda no es la que circula aquí, sino el dólar.
Y lo que recauda el Estado y lo que gasta el Estado está en pesos.

Por lo tanto no es válido comparar el superávit fiscal con los vencimientos de intereses de la deuda. Es inadecuado hacerlo. Y es tanto más inadecuado si se tiene en cuenta que en Argentina tiene vigencia un control de cambios por medio del cual el Estado nacionaliza el superávit de balanza comercial. Y al Banco Central le ingresa en forma neta ese superávit de balanza comercial.

Por lo tanto si hay un superávit de balanza comercial de -digamos- u$s8.000 millones -muy inferior al que hoy existe- el mismo debería bastar para pagar todos los vencimientos de intereses anuales si se reduce la tasa de interés de la deuda a la mitad, sin quita de capital. Y además sobran algunos dólares. Sí, el lector leyó bien: el sacrificio que hasta ahora se ha hecho vía ajuste es suficiente para poder iniciar una renegociación de la deuda desde una posición firme, siempre y cuando se le explique esta confusión entre superávit fiscal en pesos y deuda y balanza comercial en dólares que tiene vigencia en las mentes de los acreedores en buena medida porque están mucho más acostumbrados a defaults corporativos, en los que la moneda de nominación de la deuda es la moneda en la que están gastos e ingresos de las empresas.

Hay que explicarle esto a los acreedores bien despacio y prolijamente para que no empiecen a pedir fantasías fiscales que no se pueden lograr. En este punto lo más difícil va a ser convencer de estas cuestiones al FMI. Este organismo, dominado por una visión extremadamente fiscalista puede resultar un obstáculo en la negociación si se lo incluye como virtual referente de la misma.

Aquí el lector bien puede preguntarse qué ocurriría en el caso de que Argentina cambie de sistema cambiario y se deshaga en un futuro del control de cambios, dado que el superávit comercial dejaría de estar nacionalizado. La sorpresa puede ser que la situación no sería muy diferente a la descripta.

¿Cómo es eso? Pues así: si Argentina volviera por ejemplo a una flotación cambiaria porque su economía se ha normalizado, en tal caso el Tesoro debería salir al mercado a comprar los mismos dólares del superávit comercial que no compran los importadores y con los mismos pagar al exterior. Y si en vez de una flotación se fuera a un tipo de cambio fijo y libre lo que habría que garantizarse es que el Banco Central compre la cantidad de dólares suficientes para pagar los intereses de la deuda cosa que se logra si….se garantiza un dólar real alto.

En ambos casos, claro está, es central que no haya una brusca huida de capitales. Haciendo esa salvedad, es muy probable que el lector haya “pescado” la clave del tema. Todo el truco consiste que en que no haya ni una pizca de atraso cambiario. O mejor dicho, que el superávit de balanza comercial sea siempre lo suficientemente voluminoso como para pagar los vencimientos de la deuda.

Obvio que la situación fiscal para ello no puede ser desequilibrada porque impactaría en el superávit de balanza comercial reduciéndolo de manera tal que si eso no se compensa con un aumento drástico del ahorro neto privado el país entra en dificultades para pagar. Pero en todo caso, lo fiscal entra en el terreno de ser una restricción, solo una restricción. Importante, pero restricción. Lo que define el partido de la deuda no es lo fiscal, sino que son las cuentas externas.

La clave oculta de la renegociación de la deuda
 
Deuda: lo que se le viene encima a Alberto Fernández

10 Diciembre 2019 - 00:00

El equipo económico ya empezará mañana a avanzar en el tema deuda. No sólo porque todo ha quedado en un limbo sino porque el calendario de vencimientos no da respiro al Tesoro. ¿Dónde están las claves de lo que viene en materia de deuda?


Jorge Herrera






Según estimaciones privadas a fin de año la deuda bruta total estará en el orden de los u$s320.000 millones (equivale a poco más del 90% del PBI). Pero la deuda neta o más bien la relevante, es decir, excluyendo la deuda intrasector público y la que está en poder del BCRA (que son otro problema y no entran en ninguna renegociación) apenas superaría los u$s210.000 millones (60% del PBI). Esta está en manos de los inversores privados y los organismos financieros internacionales públicos y privados. Y es la que entrará en la renegociación.

En poder de los inversores habrá aproximadamente unos u$s125.000 millones (más del 35% del PBI) donde hay unos u$s15.000 millones en Letras (en pesos y en dólares), casi u$s41.000 millones en bonos bajo ley local y más de u$s65.000 millones en bonos bajo ley extranjera, más unos u$s2.900 millones de otros créditos. Pero además hay casi u$s82.000 millones en cabeza de organismos financieros internacionales y del Club de París.

Así se va armando el rompecabezas de la futura renegociación y por ende la estrategia oficial. Porque, para empezar nadie le sorprenderá que las Letras en pesos se vuelvan a “reperfilar”, o sea, a reprogramar sus vencimientos. Pero otra historia son los Títulos bajo ley argentina, que a su vez están nominados en pesos y en dólares, y otra es la de los Títulos bajo ley extranjera. Sobre esta última es clave no incumplir y ya veremos porqué. Por lo pronto vale señalar que es la que entra a negociarse con los acreedores, sobre los cuales debe conseguirse la “mayoría”, un 66% del total. En cuanto a la primera, las dudas se centran en si todo conduce a una propuesta unilateral hasta si sobrevuela el fantasma de la pesificación.

En resumen, tenemos por un lado a la deuda bajo ley argentina nominada tanto en pesos como en dólares con grandes chances de que sea “reperfilada” y se cancele en cuentagotas. Y por otro lado, la deuda bajo ley extranjera en mano se bonistas y la que está en cabeza de organismos internacionales y Club de París. Con respecto a esta todo indica que resulta imperioso que se afronten los vencimientos por venir con reservas, para así evitar el default, mientras se renegocia con los acreedores. Aquí entra a terciar el stock de reservas que herede Alberto Fernández más lo que pueda comprar en el mercado en los próximos meses (cabe recordar que con cepo se reduce la fuga y el superávit comercial debería ser adquirido por el BCRA engrosando reservas y quedará por ver si esterilizan o no y cuánto).

Al observar el ajustado calendario de vencimientos del primer semestre del 2020 está claro que las reservas del BCRA no sufrirían tanto por el pago de los bonos bajo ley Nueva York: este mes son menos de u$s600 millones pero en enero vencen poco más de u$s800 millones y recién en marzo hay vencimientos por casi u$s220 millones. En abril vuelven fuerte con más de u$s500 millones, luego mayo da un respiro para volver en junio con casi u$s530 millones.

El segundo semestre también viene cargado con un monto similar.Otro tanto también ocurre con los organismos financieros internacionales donde se destaca el pago al Club de París (ver aparte) más los vencimientos con el FMI y otros. Todos estos vencimientos son los que deberían respetarse para mantenerse sin un status de default formal mientras dure la negociación. Ya que de lo contrario detonan las cláusulas especiales y sobreviene el peligro de la vuelta de los “buitres”. En el primer semestre son aproximadamente u$s6.300 millones y menos de u$s3.000 millones.

El resto de los compromisos, es decir, toda la deuda bajo ley argentina es candidata seguramente a un reperfilamiento general. Esto incluye tanto a los bonos en pesos como a las Lecap en pesos y a los bonos en dólares y Letes en dólares. Los vencimientos en pesos arrancan con fuerza desde febrero con más de $160.000 millones hasta junio. En total más de $700.000 millones. El segundo semestre viene menos cargado. Mientras que los vencimientos en dólares, sobre todo en Letes, empiezan fuerte en febrero con más de u$s1.000 millones (el doble que en enero) y no paran hasta mayo donde se suma otro importante vencimiento por más de u$s2.000 millones.

Deuda: lo que se le viene encima a Alberto Fernández
 
Macri deja una deuda por pagar de u$s200.000 millones para los próximos 4 años

09 Diciembre 2019

Académicos de la Undav estimaron que en los primeros dos años de Alberto Fernández habrá que afrontaron vencimientos por u$s30.000 millones por año, y u$s40.000 millones en los siguientes.







Mauricio Macri deja el gobierno y una pesada herencia en materia de deuda pública. Según un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), del 2020 al 2023 los vencimientos de la deuda acumulan u$s200.000 millones.

El equipo de expertos coordinados por el economista Santiago Fraschina estimaron que en los primeros dos años habrá que afrontaron vencimientos por u$s30.000 millones por año, que en los siguientes dos serán u$s40.000 millones por año.

La herencia en materia de deuda pública será uno de los ejes de mayor controversia durante la próxima gestión, anticipó el documento. “El nivel de endeudamiento récord en apenas cuatro años y el la cesación de pagos mediante un reperfilamiento, serán el principal escollo que deberá resolver el próximo gobierno como forma de recuperar el crecimiento y los ingresos populares”, añadió.

“Nuevamente la Argentina está cerca de encontrarse en una situación de default abierto como el ocurrido en el 2001 por lo que deberá actuar rápido en las negociaciones con los acreedores privados y multilaterales un estiramiento voluntario de los vencimientos de capital e intereses para tener capacidad de acción durante al menos los primeros dos años”, remarcó el reporte académico al que accedió Ámbito.

La Undav puso énfasis en el aumento del stock de deuda protegida por tribunales extranjeros y en moneda extranjera. “Este tipo de endeudamiento fue el prioritario durante la gestión saliente que lo llevó a niveles elevados en poco tiempo”, advirtió.

Según cifras de la Casa de Altos Estudios, la deuda judicializable en el exterior creció en 116% desde 2015, al llegar a u$s76.000 millones. En cambio, la deuda protegida por tribunales locales se mantuvo constante.



Datos de la deuda contraída por el macrismo desde 2015


  • Deuda protegida por tribunales extranjeros y en situación de pago normal tuvo un crecimiento exponencial del stock de deuda por títulos públicos y letras del tesoro de 158% (unos u$s40.000 millones más).
  • Deuda con organismos multilaterales, dentro de la cual el FMI es el principal actor, creció 241% desde 2015, lo cual implicó un adicional de u$s48.000 millones.


El estudio también incluyó un crecimiento de 95% de la deuda con privados. “En 2015 rondaba los u$s74.000 millones y en el segundo trimestre del 2019 ya sumaba unos u$s144.000 millones”, afirmó el análisis. En tanto, la deuda con organismos financieros internacionales se disparó en un 135% desde 2015.

La Universidad también recalcó que la deuda con no residentes (deuda externa) creció 163% en cuatro años, lo que implica un aumento por u$s104.000 millones. Además, señaló que la relación deuda pública sobre exportaciones creció 112 puntos porcentuales en la gestión Cambiemos.

Por otro lado, mientras el gasto primario cayó un 30% desde 2015 el peso de los intereses de la deuda pasó del 5,5% sobre dicho gasto a representar el 20% en 2019.

El informe elaborado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Undav recordó que no sólo el stock de deuda sobre PBI creció sustancialmente sino que empeoró su composición. “La deuda en moneda extranjera se incrementó en u$s87.000 millones (+54%) mientras que la nominada en pesos cayó en u$s13.000 millones (-18%) entre 2015 y el 2019.

Macri deja una deuda por pagar de u$s200.000 millones para los próximos 4 años
 

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