Cayeron las máscaras del póker de la deuda: ahora se verán las cartas
OPINIONES11 Julio 2020 - 00:00
La nueva oferta fue bien recibida por los mercados y los acreedores comienzan a tomarla en serio. Sin embargo, aunque haya un acuerdo, la Argentina no recuperará la confianza.
Por
Iván Cachanosky
El Gobierno nacional presentó una cuarta oferta a los
acreedores en el marco de la negociación por la
deuda. Las máscaras del póker comenzaron a caer y finalmente fue el gobierno quien terminó cediendo más. No es de extrañar, ya que la primera oferta con un VP de
u$s39 y tres años de gracias era básicamente una crónica de una muerte anunciada.
No es casualidad que el porcentaje de adhesión a dicha oferta haya sido tan bajo. En tanto, los acreedores exigían un VP en torno a los
u$s60. La nueva oferta realizada por el ministro
Martín Guzmán se ubica en torno a los
u$s53, cruzando la barrera de los
u$s50. Además, están los endulzantes.
(...)
En primer lugar,
nunca presentó un plan económico a los acreedores, cuestión clave para mostrar capacidad de pago en el futuro.
Por otro lado
, tampoco reveló intenciones de tener un sendero fiscal para reducir el déficit primario en el corto plazo
Para peor
, de manera unilateral y casi autoritaria se les decía a los acreedores que iban a tener que hacer un esfuerzo sustancial.
Por parte de Argentina,
la negociación fue ideologizada, pero la realidad se impuso y hubo que recurrir al pragmatismo.
El problema es que, el mundo ha visto la manera poco profesional de negociar de Argentina y no contribuye a generar confianza. Es por esta razón que, a pesar de que haya un acuerdo,
a Argentina le costará volver a los mercados financieros para conseguir financiamiento.
En pocas palabras, el mundo se cansó de Argentina y no somos creíbles.
(...)
En definitiva,
alcanzar un acuerdo será un muy buen primer paso, pero no alcanzará para cambiar la realidad económica de Argentina. Luego se deberá trabajar en recuperar la confianza que, en estas circunstancias, sólo puede lograrse encarando las reformas estructurales.
La nueva oferta fue bien recibida por los mercados y los acreedores comienzan a tomarla en serio. Sin embargo, aunque haya un acuerdo, la Argentina no recuperará la confianza.
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