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tommy271

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El FMI elogió el primer mes de gestión de Alberto Fernández

ECONOMÍA 09 Enero 2020 - 11:40

"Estas primeras medidas nos hacen ver que el Gobierno se va moviendo en una dirección positiva", afirmó Alejandro Werner, director del FMI para el Hemisferio Occidental.





Alejandro Werner, director del FMI para el Hemisferio Occidental, elogió el primer mes de gestión de Alberto Fernández y las medidas adoptadas por el nuevo gobierno, al cuales consideró se realizan "cuidando que las cuentas fiscales no se vean afectadas".

“Estas primeras medidas nos hacen ver que el Gobierno se va moviendo en una dirección positiva”, dijo Werner en una entrevista con CNN en Español, que se trasmitirá este domingo, pero del que ya se publicó un anticipo.

Mientras tanto, Werner adelantó que siguen aguardando un diálogo sobre el plan económico argentino, "más detallado de mediano plazo, que no está sobre la mesa" aún.

Respecto a las medidas tomadas por la gestión de Alberto Fernández, el funcionario del FMI destacó positivamente que el Gobierno "ha anunciado medidas importantes que tienen como objetivo proteger a los más vulnerables, tratar de estabilizar la situación de inestabilidad que se dio en los últimos meses en la Argentina, y todo esto en un contexto en que las cuentas fiscales no se vean afectadas".

"Esto es que cualquier aumento de gasto para atender estos objetivos vaya de la mano de un aumento de ingresos que lo financie de manera sana", recalcó Werner.

El Gobierno está negociando con el organismo que conduce Kristalina Georgieva el futuro de los pagos por el crédito de u$s57.000 millones que tomó la gestión de Mauricio Macri. El principal objetivo es estirar los plazos para pagar los vencimientos, buscando previamente una reactivación de la economía para que el país pueda hacer frente a las obligaciones.

El FMI elogió el primer mes de gestión de Alberto Fernández
 

tommy271

Forumer storico
El S&P Merval repuntó 2,5% gracias a bancos y energéticas; bonos que ajustan por CER lograron subas de dos dígitos

FINANZAS 09 Enero 2020

El índice líder de BYMA avanzó a 42.035,70 puntos ayudado por un clima más distendido a nivel global. En tanto, los títulos en pesos volvieron a acaparar la atención de los inversores, logrando alzas de hasta 14,3%.

Juan Pablo Marino[email protected]







La bolsa porteña cortó una racha de dos caídas en fila este jueves, al rebotar un 2,5% por recomposiciones de carteras ante un clima algo más distendido a nivel global luego de que Irán y Estados Unidos moderaron sus posturas y eludieron en lo inmediato un conflicto en Oriente Medio.

Ayudado también por las expectativas de la firma de un acuerdo comercial entre Washington y Pekín, el índice líder S&P Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) registró un avance del 2,5%, a 42.035,70 unidades, luego de acumular una merma del 1,1% en las anteriores dos sesiones de negocios.

Las subas más importantes fueron registradas por las acciones de los sectores financiero y energético: Central Puerto ganó 6,4%; Supervielle, un 6%; BBVA, un 5,5%; y Pampa Energía, un 4,3%.

Ya en la víspera, los mercados mundiales reaccionaron de manera positiva a los comentarios del presidente Donald Trump respecto al asunto Irán, mientras que este jueves acentuaron esa tendencia alcanzando nuevos récords históricos.

Tras las bajas en las dos ruedas previas, "este jueves se vio una mejor Bolsa, especialmente cuando existe la convicción que Trump, pensando en su reelección, no quiere tensar más la cuerda en medio oriente", describió un analista.

"Con un escenario más tranquilo en Medio Oriente, los mercados externos se recuperan y vuelven a centrarse en otros temas", dijo Portfolio Personal Inversiones en un informe y añadió que "en lo local, la misma tónica de las últimas ruedas: sin muchas noticias, se esperan definiciones sobre las negociaciones de deuda".


Bonos y riesgo país


Por su parte, los bonos soberanos en dólares concluyeron con importantes subas, en algunos casos de hasta 7%, por lo que el riesgo país medido por el banco JP Morgan caía 36 unidades a 1.851 puntos básicos.

Mientras tanto, los títulos en pesos volvieron a acaparar la atención de los inversores, logrando nuevamente alzas de dos dígitos. Los más destacados fueron que ajustan por CER: el TC20 se disparó 14,3%; el TC21 saltó un 13,4%; y el Cuasipar trepó un 7,7%.

La fuerte demanda de estos títulos ocurre luego de que los primeros datos preliminares sobre el comportamiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero mostraran un sostenimiento de la presión alcista registrada en noviembre y diciembre pasado.

De hecho, dentro del albertismo económico hay preocupación de que pueda no cumplirse la misión impuesta por el Presidente de conseguir en el primer trimestre del año una inflación acumulada menor que la del período octubre- diciembre de 2019. Esto es, menos de, aproximadamente, un 12% total, o el promedio de 4% mensual, indicó este jueves una nota de Ámbito Financiero.

Argentina busca iniciar conversaciones para una reestructuración de deuda sobre alrededor de 100.000 millones de dólares en deuda, incluido un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La Secretaría de Finanzas de Argentina invitó el miércoles a agentes de información a formular una propuesta de servicios en el marco de las gestiones y actos necesarios para recuperar y asegurar la sostenibilidad de la deuda pública del país.

El riesgo país, medido por el JP Morgan, bajó 1,2% a 1864 puntos básicos.

El S&P Merval repuntó 2,5% gracias a bancos y energéticas; bonos que ajustan por CER lograron subas de dos dígitos
 

tommy271

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El dólar blue cerró estable, mientras que se disparó casi 2% el MEP

FINANZAS09 Enero 2020

El informal se mantuvo a $76,50 en cuevas de la city porteña, de acuerdo al relevamiento de Ámbito. Mientras que el dólar Bolsa trepó un $1,41 a $76,22.

Mariana Leiva






El blue operó estable este jueves a $76,50, según el relevamiento de Ámbito en cuevas de la city porteña, con lo que la brecha con el dólar "turista" se ubica en un 6,6% por debajo.

En el mercado bursátil, en simultáneo, el dólar contado con liquidación (CCL) cedió 41 centavos a $77,86, con lo que la brecha con el dólar mayorista se ubicó en el 30,2%.

En cambio, el dólar MEP trepó $1,41 (1,9%) a $76,22, lo que deja un spread del 27,4% respecto a la divisa que opera en el MULC.


Mercado oficial

El dólar solidario -que lleva el recargo del 30% por compra de divisas para atesoramiento o turismo- bajó dos centavos a $81,87, dado que el oficial minorista baja un centavo a $62,98, en agencias y bancos de la city porteña, de acuerdo al promedio de Ámbito.

A su vez, el billete en el Banco Nación mantuvo a $63 (en su canal electrónico de la entidad se ubicó en $62,95).

La divisa mayorista -que opera en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC)- cerró sin cambios a $59,82 por quinta rueda consecutiva, por lo que en 2020 aún no registró variaciones en su cotización.

Fuentes privadas del mercado estimaron que la autoridad monetaria compró cerca de u$s160 millones, uno de los montos más importantes de los últimos meses.

Con un incremento en el caudal de negocios, la rueda mayorista volvió a presentar un panorama de estabilidad que repitió el escenario de los últimos seis días previos. Los precios se mantuvieron estabilizados durante todo el desarrollo de la sesión en torno al nivel determinado para las compras oficiales, sin exhibir el movimiento de los días anteriores.

Los máximos se anotaron en los $59,816 con la primera operación pactada, apenas una milésima de peso arriba del cierre previo. Sin resistencia de parte de la demanda, la oferta ejerció presión sobre los precios, acomodándolos rápidamente en el nivel sostén establecido por el Banco Central. Las compras oficiales absorbieron toda la oferta disponible y fijaron otra vez los mínimos en los $ 59,815.

"La asimetría existente entre la oferta y la demanda de divisas por efecto del acentuado control de cambios sigue requiriendo de la constante presencia oficial para absorber el excedente de dólares sin aplicación", destacaron desde PR Corredores de Cambios.

Agregaron que "en pocos días más se cumplirá un mes con los precios del dólar mayorista en el mismo nivel, un rasgo de estabilidad inédito que contrasta con las fuertes fluctuaciones de meses anteriores, pero que de a poco comienza a generar ciertas dudas entre los analistas sobre la utilidad de anclar el tipo de cambio por un período demasiado extenso".

El volumen operado se incrementó un 49% a u$s429 millones, el mayor monto desde el 25 de octubre, previo a las elecciones presidenciales, debido a la reducción de la tasa de interés en pesos que está alentando el BCRA en varios frentes financieros.

El operador Fernando Izzo comentó que "los bancos y financieras apuntan a vender y colocar a tasa de interés en pesos, ya que están cada vez más bajos los rendimientos en distintas opciones que pueden tomar lo que salen de posiciones dolarizadas".

Cabe recordar que la autoridad monetaria decidió limitar las licitaciones de Letras de Liquidez que realizan los bancos para profundizar la baja de las tasas de interés y que las entidades financieras vuelquen un mayor caudal de dinero a créditos para la producción y el consumo.

A partir de esta rueda, las ofertas estarán limitadas por determinados saldos que los bancos tengan en las cuentas corrientes que tienen en el Banco Central, tanto en pases como en Letras de Liquidez que licitan las entidades.

Izzo mencionó que, en este contexto, "la divisa estuvo muy ofrecida tanto por parte de bancos, exportadores, empresas e inversores, mientras que la demanda se sostuvo sólo el pago de importaciones y otras obligaciones con el exterior".

El call continúa en baja terminó operando a 46,25%. En swaps cambiarios se pactaron u$s114 millones para tomar y/o colocar fondos en pesos mediante el uso de compra-venta de dólares para el viernes y el próximo lunes.


Tasas


El Banco Central (BCRA) dejó sin cambios, en 55%, la tasa de política monetaria en una única licitación.

El total adjudicado fue de $145.626 millones sobre vencimientos por $144.121 millones y a partir de esta operatoria se generó una contracción de liquidez de $1.504 millones.

En la primera licitación del día, el BCRA convalidó Letras de Liquidez a siete días de plazo a una tasa promedio de corte que se ubicó en 55%, con un monto adjudicado de $145.626 millones.

En la segunda subasta, en la que el BCRA ofreció Leliq a siete días de plazo, la licitación la licitación fue declarada desierta.


Futuros y reservas


En el mercado de futuros ROFEX, se operaron u$s368 millones de dólares. Los plazos más cortos concentraron más del 50% del volumen operado. Los meses de enero y febrero terminaron operándose a $60,98 y $62,70 con tasas de 32,31% y 35,21% TNA, respectivamente.

Por último, las reservas internacionales del Banco Central aumentaron en u$s257 millones hasta los u$s45.417 millones, el mayor nivel desde el 24 de octubre pasado, previo a las elecciones presidenciales.

El dólar blue cerró estable, mientras que se disparó casi 2% el MEP
 

tommy271

Forumer storico
La clave secreta de la renegociación de la deuda

ECONOMÍA10 Enero 2020 - 00:01

Similitudes y diferencias en el derrotero de los tres grandes defaults del país en los últimos 40 años. El papel de los grandes fondos de inversión y el del Fondo Monetario.


Walter Graziano






Cuando en la Argentina hablamos de renegociación de la deuda pública nos puede parecer que estamos repitiendo una vieja letanía. En períodos que a veces son cada diez años y otros cada quince, el país cae en la imposibilidad de honrar sus compromisos tras períodos de muy rápido crecimiento de la deuda que un “generoso” período de endeudamiento previo le provocó. Sin embargo, aunque parezca que estamos tropezando mil veces con la misma piedra, en realidad estamos tropezando -de eso no hay duda- mil veces pero… con piedras diferentes. A decir verdad, muy diferentes.

Para entenderlo comparemos por ejemplo los tres grandes “defaults” incurridos por Argentina en los últimos 40 años. Ellos fueron, en primer lugar el de 1982, tras la decisión de México de suspender los pagos de su deuda. En segundo lugar el recordado “default” de fines de 2001 provocado por las alocadas políticas asumidas hacia el fin de la convertibilidad; y en tercer término, esta lamentable situación en la que el gobierno de Macri ha sumido a la Argentina por la cual en 2019 se comienza por “reperfilar” deuda flotante que ahora se cae en la obligación de renegociar junto al resto del stock de deuda pública que, obviamente, no se puede pagar en los términos inicialmente pactados de vencimientos en poco más de un quinquenio. Veamos similitudes y diferencias entre esos tres dramáticos procesos:

Pues bien, la crisis de la deuda de 1982 abarcó a una gran serie de países latinoamericanos que incluyó a México, Brasil y Argentina. La crisis se desató como consecuencia de las altísimas tasas de interés que Paul Volcker imprimió al dólar cuando comandó la Reserva Federal. Estados Unidos estaba inmerso en un proceso inflacionario severo hacia la presidencia de Jimmy Carter, lo que llevó a Volcker a colocar las tasas por encima del 15 % anual.

Las “supertasas” duraron varios años, dado que la Reserva Federal no se dio por satisfecha con que la inflación comenzara a mostrar señales de ceder sino que se decidió por ir a fondo y erradicar completamente el alza de precios, proceso que duraría varios años, incluidos los primeros del gobierno de Ronald Reagan quien a la postre despediría a Volcker.

Lo dramático para los países latinoamericanos es que habían amasado enormes deudas en dólares como consecuencia de las generalizadas políticas económicas de los mismos, los que, en forma concertada tomaban grandes deudas en dólares para financiar sus déficits fiscales. Esos préstamos a Latinoamérica fueron dados por una gran multiplicidad de bancos, sobre todo norteamericanos, que vieron durante fines de los años 70 aumentar enormemente sus depósitos, sobre todo provenientes de países petroleros que usufructuaban así las mieles de las dos abruptas subas del petróleo de aquellos años. El proceso llevaba dentro de sí mismo el propio germen de su destrucción: la suba del petróleo generaba inflación, la inflación hacía subir las tasas, y con eso las posibilidades de repago de las deudas disminuían abruptamente.

Los grandes bancos no advirtieron -o no quisieron advertir- que estaban generando un mecanismo altamente inestable en el que ellos mismos eran el jamón de un sándwich venenoso. Sólo cuando México comenzó una serie de “defaults” encadenados los bancos de Wall Street y Londres comprendieron el grave error en el que se habían metido, dado que ellos eran los intermediarios, y por lo tanto ante los depositantes ellos eran los responsables. Y fue porque los acreedores eran los grandes bancos que la solución al problema fue promovida por la propia secretaría del Tesoro norteamericana con el recordado Plan Brady por medio del cual las naciones latinoamericanas iban reestructurando, una a una sus deudas, con quitas que a veces llegaban al 35%.

Los bancos tuvieron que asumir graves pérdidas y, al revés de algunas naciones latinoamericanas -la Argentina, por caso- aprendieron del error: nunca más amasaron grandes cantidades de papeles de deuda latinoamericanos por más que eso representara una fácil y rápida forma de canalizar fondos sobrantes. El episodio de la crisis de deuda latinoamericana de los años 80 provocó profundos cambios en la estructura de Wall Street y la City de Londres, por medio de los cuales la importancia de los bancos como canalizadores de fondos líquidos a acciones y bonos soberanos y corporativos empezó a ceder frente al nacimiento y auge de diferentes tipos de fondos comunes de inversión.

La crisis de deuda argentina de 2001 tomó este proceso a medio camino. No había cambiado por entonces a pleno la estructura de Wall Street. No había una clara preeminencia de fondos de inversión sobre bancos. Y eso hizo que la reestructuración de la deuda de 2005 fuera un verdadero dolor de cabeza. Es fácil entrever por qué: miles y miles de diferentes acreedores distribuidos por todo el planeta, desde fondos comunes de inversión gigantescos, pasando por bancos hasta inversores individuales. Un verdadero dolor de cabeza solo suavizado por el hecho de que una buena parte de la deuda estaba en manos de algunas propias organizaciones del Estado.

Fue gracias a eso que se logró una aceptación del canje de títulos de deuda del orden del 65% inicialmente, lo que hubiera significado un desastre si no se hubiera reabierto el canje en 2010 para llegar así a una aceptación de más del 93% de los tenedores. Lo cierto es que todo el procedimiento fue una pesadilla causada por la gran atomización en la tenencia de los papeles de deuda. En este canje de papeles de deuda acaecido tras el “default” de 2001 se llegó a añorar la presencia de la Secretaría del Tesoro norteamericana de la era Brady para convencer a los acreedores más díscolos. ¿Ocurrirá lo mismo ahora? ¿Extrañaremos nuevamente a Brady?

En este canje de títulos de deuda que tiene lugar en 2020 las cosas son diferentes: Wall Street consolidó su cambio estructural siendo los grandes fondos comunes de inversión -Black Rock, PIMCO y Templeton, por caso- los verdaderos “patrones de la vereda”, al punto de que ya no importa tanto cuántos papeles de deuda argentina tienen o dejan de tener, sino cuántos pueden llegar a tener si quieren contribuir al éxito del canje a cambio de un buen beneficio.

Veamos por qué: Templeton, por ejemplo, maneja activos por valor de u$s700.000 millones, o sea, tiene liquidez por valor de dos PBI argentinos. Si la cifra puede parecer enorme, aguarde el lector a saber cuál es la cantidad de activos líquidos que maneja PIMCO. Pues bien, nada menos que 2 trillones de dólares, o sea, el triple que Templeton y prácticamente el valor de 6 PBI de la Argentina. ¿Cifra monumental? Un momento: Black Rock maneja activos líquidos por valor de 7 trillones de dólares. Vale decir, más de tres veces PIMCO. En buen romance, entre los tres manejan fondos por valor de la friolera de… ¡30 PBI de la Argentina! ¡Sí, 30 PBI de la Argentina!.

El lector ya comprende seguramente por qué no tiene demasiada importancia cuántos bonos argentinos pueden tener o dejar de tener hoy por hoy estos tres grandes fondos comunes de inversión. Bastaría ganarse la buena voluntad de un par de ellos, o incluso solo de Black Rock para que el canje de títulos de deuda termine siendo un éxito, sobre todo si se tiene en cuenta que buena parte de la deuda argentina está en manos de entes estatales que van a aceptar el canje, por lo que se necesita solo una ayuda limitada.

Y hay algo más que también cae como corolario de esta particular estructura de entidades de inversión de Wall Street: hoy es mucho más importante tener el “pulgar para arriba” de estos fondos de inversión que el del propio FMI, al cual estos fondos de inversión no prestan demasiada atención. Además la deuda con el FMI solo empieza a vencer en la segunda parte de 2021 por lo que bien se le puede ofertar dentro de más de un año una renegociación de su stand-by basado en un éxito previo en la renegociación de la deuda, cosa que al FMI se le dificultaría rehusar.




Walter Graziano y Asociados
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