Ahogadas en deudas, Pdvsa y Pemex buscan desesperadamente vender más crudo a Estados Unidos
octubre 27 2018, 1:45 pm
Las atribuladas petroleras estatales de México y Venezuela han estado desviando crudo procesado históricamente en sus plantas domésticas a sedientos refinadores de Estados Unidos, que se han visto afectados por limitaciones de transporte para obtener variedades similares de Canadá, según datos sobre el sector.
La situación refleja un conjunto inusual de eventos, como la necesidad urgente de efectivo por parte de Venezuela y México para pagar deudas e inversiones, además de una demanda insatisfecha de crudo pesado en Estados Unidos debido a la menor disponibilidad de petróleo canadiense, dijeron operadores y analistas.
Estados Unidos importó 1,675 millones de barriles por día (bpd) de crudo latinoamericano en agosto, el nivel más alto desde mayo de 2017, según datos de Refinitiv Eikon.
Ese aumento se produjo pese a que el marcador de crudo de referencia en Latinoamérica, el Maya mexicano, se está cotizando unos 50 dólares por barril por encima del Western Canadian Select (WCS), debido a los costos de transporte.
Llevar un barril de Maya en un tanquero a la costa estadounidense del Golfo de México cuesta cerca de 1,50 dólares, comparado con los 35 dólares que supone transportar WCS a través de una combinación de ductos y ferrocarriles.
“Los que lleguen tarde a la fiesta (del petróleo canadiense) tendrán que pagar más por el crudo pesado latinoamericano o por Basrah Heavy de Irak”, dijo un operador que suele comprar tanto crudo canadiense como de América Latina.
Necesidad de efectivo
El reciente impulso exportador de América Latina está siendo empujado principalmente por México, Brasil y Venezuela, a pesar del prolongado declive del bombeo de crudo en casi toda la región. En la última década, los productores de petróleo -a excepción de Brasil- han reducido sus envíos, sobre todo con destino a Estados Unidos.
En el caso de Venezuela, la estatal PDVSA “necesita efectivo tanto para pagar este mes a los tenedores del bono 2020 como para amortizar (siguiendo un laudo arbitral) a ConocoPhillips”, dijo Robert Campbell, jefe de investigación de productos petroleros de la consultora Energy Aspects, en referencia a dos grandes facturas con vencimiento en los próximos días.
Petróleos Mexicanos está recaudando dinero sobre todo para refinanciar su pesada deuda corporativa. Un alza de las ventas de su codiciado crudo Maya podría ayudarle a restaurar sus refinerías, que están funcionando a niveles históricamente bajos. Ni Pemex ni PDVSA respondieron a solicitudes de comentarios.
Antes del auge del petróleo de esquisto en Estados Unidos, muchos refinadores de la costa del Golfo configuraron sus plantas para procesar crudos de América Latina y Oriente Medio, con Venezuela y México como los principales proveedores. Ese suministro de crudo foráneo disminuyó a medida que aumentó la disponibilidad de variedades locales, que se combinaron mayormente con petróleo canadiense.
No obstante, limitaciones en la capacidad de los oleoductos procedentes de Canadá están volviendo a reconfigurar el origen las importaciones, al menos en el corto plazo.
Las refinerías estadounidenses quieren más crudo canadiense “porque es barato”, dijo un operador, pero “a menos que alguien construya un nuevo oleoducto” será difícil impulsar más las importaciones.
Las compras estadounidenses de crudo canadiense por oleoducto aumentaron a 3,6 millones de bpd en la semana que finalizó el 12 de octubre, alcanzando 98 por ciento de capacidad. En el mismo periodo, los envíos por ferrocarril también subieron a un récord de 284.000 bpd desde los 85.000 bpd de octubre de 2017, según el proveedor de datos Genscape.
“Estos oleoductos están absolutamente llenos”, dijo Dylan White, analista de mercados petroleros de Genscape. “No hay espacio para crecer”.
Desequilibrios
La estrategia de impulsar las exportaciones de crudo mientras se importa más combustible podría ser contraproducente para los productores latinos. Pemex tendría que aumentar las compras de combustible si sus refinerías no reinician en los próximos meses tras interrupciones y trabajos de mantenimiento no planificados. PDVSA, por su parte, tiene pocas opciones para detener el crecimiento de las importaciones.
América Latina ha aumentado las compras de combustible desde Estados Unidos en un 7 por ciento, a 2,87 millones de bpd, en lo que va de 2018, gracias a mayores importaciones de México, Venezuela, Chile y Perú, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos.
“México ha optado por importar más gasolina. Tiene mucho sentido, pero podría salirse de control”, dijo Campbell, en referencia a los precios relativamente bajos de la gasolina en comparación con los crudos pesados ??de América Latina.
Por Marianna Parraga y Collin Eaton/Reuters