El corralito bolivariano y los bancos privados
12/12/2016
Axel Capriles
@axelcapriles
¿Le tocará finalmente a los bancos? En Venezuela todo es posible, pero, de tocarle al sistema financiero, como a los constructores de viviendas o a las casas de bolsa en el 2010, el gobierno estaría jugando con fuego.
Por lo pronto, los venezolanos vivimos un corralito bolivariano, una enmascarada y engañosa restricción de la libre disposición de dinero en efectivo, en tarjetas y en cuentas.
A pocos días de la Navidad, en un improvisado e intempestivo arranque televisivo, Nicolás Maduro decidió poner en apuros a todos lo venezolanos al ordenar sacar de circulación en 72 horas el billete de Bs. 100, el único con el que se podía realizar las voluminosas transacciones de pago en efectivo.
Una verdadera sandez si la razón era castigar el contrabando de billetes porque próximamente tendrá, entonces, que hacer los mismo con el nuevo billete de Bs. 20.000 que los contrabandistas utilizarán para el mismo fin. Si ya de por sí la inflación es un mecanismo perverso de restricción y pérdida de la capacidad de compra de la población, no hay rincón financiero en el que no se acumulen nubarrones.
Desde el 30 de noviembre, el mismo Banco del Tesoro no ha acreditado prácticamente nada de lo que los comerciantes pasan por los puntos de venta del mismo banco. Y en un país en el que la inflación ha convertido la más mínima compra o reparación en una transacción millonaria, los cheques rebotan repetidamente y los bancos mantienen límites irrisorios para transferencias. El dinero no está a disposición de sus dueños y sólo con grandes esfuerzos, o influencia, las personas logran concluir sus negocios e intercambios.
La situación, sin embargo, luce más delicada. A pocos días desde que la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) se apropiara de tres millones de juguetes de la juguetería Kreisel, Nicolás Maduro designó a Leoncio Guerra Molina como nuevo presidente de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) y le pidió arreciar sus funciones al estilo de la Superintendencia de Precios Justos (Sundee).
¿Qué significa que el Presidente de la República le pida a Sudeban que actúe igual que el Sundee? ¿Que realice confiscaciones y expropiaciones? Y si Nicolás Maduro acusa a los bancos de ser cómplices en la desaparición del efectivo en el país, ¿cómo hará realidad Sudeban su deber de convertirse “en una espada en defensa de los derechos de la familia venezolana”?
Los tiempos han cambiado, pero recordemos que en su folleto “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla” Lenin dijo que “sólo nacionalizando los bancos podrá conseguirse que el Estado sepa a dónde y cuándo se desplazan los millones y los miles de millones.
Y sólo este control de los bancos, centro, eje principal y mecanismo básico de la circulación capitalista, permitiría llevar a cabo de hecho, y no de palabra, el control de toda la vida económica, de la producción y de la distribución de los productos más importantes, la “reglamentación de la vida económica”, que de otro modo está condenada seguir siendo inevitablemente un tópico de los ministros para engañar al vulgo.
Sólo el control de las operaciones bancarias, a condición de que se concentren en un solo banco perteneciente al Estado, permitirá organizar, previa aplicación de otras medidas fácilmente implantables, la recaudación efectiva del impuesto de utilidades sin que haya ocultaciones de bienes e ingresos…
Los tiempos contemporáneos no se prestan a políticas anacrónicas y una intervención del sistema financiero no haría más que complicar las cosas, pero preocupa que Maduro y Diosdado no conocen de economía mucho más que el Lenin y el Castro panfletarios.