El gobierno con poco margen de maniobra para obtener crédito
El mercado asigna un valor bastante bajo a los activos que podrían ser colocados como garantía para recibir financiamiento en dólares
Víctor Salmerón
@vsalmeron
Tras no ahorrar durante el período de los altos precios del petróleo, endeudarse masivamente y gastar buena parte del dinero en proyectos que hoy no generan divisas, el gobierno necesita préstamos con urgencia para disminuir el recorte de las importaciones y evitar que la economía, en recesión desde 2014, continúe en descenso.
Pero la posibilidad de obtener recursos luce muy complicada. La Asamblea Nacional, que ha sido desconocida por el gobierno bajo el argumento del Tribunal Supremo de Justicia de que se encuentra en desacato, advirtió a las entidades financieras que no reconocerá ningún tipo de endeudamiento que no haya sido aprobado por sus diputados.
A este efecto se añade el costo reputacional en el que incurrirían bancos extranjeros si financian a un gobierno acusado de violar derechos humanos y vulnerar la democracia.
Po lo tanto, el gobierno ha traspasado al Banco Central de Venezuela una serie de bonos para que el BCV los utilice como garantía y obtenga préstamos que, según interpretaciones jurídicas, no requieren de la aprobación de la Asamblea Nacional.
Ecoanalítica tuvo acceso al balance de activos financieros en poder del Banco Central al 22 de septiembre de 2016 y lo actualizó con las operaciones que se han llevado a cabo en el primer semestre de este año.
El resultado es que el Banco Central tiene una cartera de activos con un valor nominal de 24 mil 911 millones de dólares, pero a los que el mercado les asigna un valor mucho más bajo, aparte de que buena parte de los mismos difícilmente sería aceptada como garantía.
Esta cifra incluye bonos que aún están en poder de bancos públicos, distintos al BCV, pero que serían traspasados en el corto o mediano plazo.
El estudio de Ecoanalítica concluye que “de estos activos, existe alguna capacidad de financiamiento con las notas estructuradas (400 millones), los bonos del Tesoro americano (287 millones) y los bonos fuera del BCV (entre 1.200 y 1.700 millones)”.
“Es decir, si el Estado Venezolano lograse levantar el aislamiento financiero internacional que l
a oposición ha logrado imponer a través de restricciones legales y reputacionales, en los próximos 18 meses se pudieran levantar entre 1.900 millones de dólares y 2 mil 600 millones de dólares, un tercio de las necesidades de financiamiento de 2017”, afirma Ecoanalítica.
Un caso que llama la atención es el de bonos que no han podido ser desmaterializados. “En los balances del Banco de Venezuela de mayo de 2017, aparece la emisión de bonos de la República con vencimiento en 2036 y cupón del 6,5%. Estos bonos poseen la desventaja de no haber sido desmaterializados, entre otras razones, por no haber encontrado un banco corresponsal que sirva como banco pagador”, señala Ecoanalítica.
“Por información obtenida del Ministerio de Finanzas, estos bonos siguen en propiedad del Banco de Venezuela, y no han sido vendidos a ningún inversionista. Estos instrumentos se han estado ofreciendo en un rango de precios entre 20% (si el inversionista los acepta en papel) o entre 28%-30% si logran desmaterializarlos. Todos los inversionistas que hemos contactado se han negado a comprarlos, dados los riesgos legales y reputacionales que involucran”, agrega el informe.
No obstante, advierte que podría surgir algún comprador. “Sin embargo, debido a su elevado rendimiento, no se puede destacar que fondos buitres o litigantes compren parte de esta emisión.
En cualquier caso, en caso de liquidar estas posiciones, el Estado venezolano podría recibir entre 1.200 y 1.700 millones de dólares”.
Las reservas
Aparte de los bonos el Banco Central podría utilizar como garantía para obtener financiamiento
las barras de oro que constituyen 70% de las reservas internacionales del país. “
Es bien sabido que el BCV posee reservas de oro en el orden de los 7 mil 800 millones de dólares y desde Semana Santa ha reexportado ese oro al Banco de Inglaterra. Este activo podría ser vendido, o ser utilizado como garantía de préstamos, como las realizadas hace un par de años”, dice el informe de Ecoanalítica elaborado por su director, Alejandro Grisanti.
Agrega que “en el caso de una operación de reporto,
esperaríamos que los bancos le pidiesen una garantía entre 25% y 33 % superior al monto del préstamo. Es decir, préstamos con garantía en oro pudiesen traer entre 5 mil 150 y 5 mil 800 millones de dólares”.
Un detalle importante es que utilizar las barras de oro acabaría por completo con las opciones disponibles. El informe lo grafica,
advirtiendo que “sería la última raspada de olla”.
La deuda
Entre 1999-2006 la deuda externa,
por concepto de bonos emitidos por el gobierno central y PDVSA, se mantuvo sin mayores variaciones en torno a 20 mil millones de dólares. Pero a partir 2007, la administración de Hugo Chávez pisó el acelerador del endeudamiento,
al punto de que al cierre de 2014 sumaba 70 mil 847 millones de dólares, de acuerdo con las cifras de la Oficina Nacional de Crédito Público y PDVSA.
En Venezuela 96 de cada 100 dólares provienen de las exportaciones petroleras, por lo tanto, la caída en la producción de PDVSA y el declive en la cotización de la cesta petrolera que, de un promedio de 88 dólares en 2014 descendió hasta 43,6 dólares en lo que va de año, se traduce en que la deuda ha ganado peso respecto a la principal fuente de divisas.
Kapital Consultores estima que
en 2016 el país canceló en servicio de la deuda una cifra equivalente a un tercio del ingreso petrolero (estimado al igual que el anterior sin incluir el efecto del mercado interno) y las proyecciones señalan que esta proporción se mantendrá durante los próximos diez años.
Por lo tanto, para el país es urgente lograr un refinanciamiento o reestructuración de la deuda externa, algo que hasta ahora no ha estado en la agenda del gobierno.
El gobierno con poco margen de maniobra para obtener crédito
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