Mercados esperan con avidez una emisión venezolana
[FONT="] El tema de los bonos nacionales es el costo, no su demanda. La situación económica global hace que los inversionistas vuelvan sus miradas a estos papeles
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María Eugenia Piñatel.- En los mercados internacionales
existe la certeza de que Venezuela hará una emisión este año, bien con
bonos soberanos o con papeles de Petróleos de Venezuela.
El especialista en temas financieros y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa),
Carlos Jaramillo, señala que para Venezuela, el problema de fondo sigue siendo la tasa que tendrá que pagar, porque los
inversionistas no dejarían “fría” ninguna oferta.
Si Venezuela anuncia algunos cambios en materia económica pudiera mejorar su percepción de riesgo y el mercado le
estaría cobrando una tasa menor a 12%, pero si sale al ruedo sin ningún anuncio, la factura puede subir a los niveles de 14% para la República. En todo caso, los papeles serían comprados.
A escala internacional ciertos indicadores señalan que la economía de Estados Unidos y Europa no crecerán en los niveles esperados, por lo que la remuneración del dinero se mantendrá muy bajo. Por lo tanto los llamados bonos “basuras”, esos que
tienen un alto rendimiento por su percepción agresiva de riesgo tienen una demanda nada despreciable, reconoce el especialista.
Los bonos “basuras” son aquellos papeles de países que aún con riesgos implícitos, son vistos con buenos ojos porque además de pagar altos rendimientos, tienen un historial crediticio saludable.
No está previsto emitir deuda
Venezuela es percibida con posibilidades de pagar, además no ha tenido que apelar a un default financiero. Siempre ha cancelado a tiempo sus compromisos, pero existen otros factores
como el llamado default comercial (la deuda que el gobierno mantiene con privados) que genera ruido en los mercados.
Pese a la volatilidad de los mercados, los agentes financieros estarían a la caza de una oferta venezolana. La avidez por este tipo de bonos con mejores rendimientos están siendo acediados.
Fuentes del gobierno han señalado que no está previsto en lo inmediato emitir deuda soberana o de Pdvsa, sin embargo, no descartan que para el segundo semestre se pueda asomar esta posibilidad. Los recursos que se levantan en ese sentido se destinarían al pago de deuda, especialmente.
Bonos soberanos igual rendimiento
Carlos Jaramillo aseguró que el mercado está ávido de comprar, porque las tasas de interés están muy bajas y los portafolios necesitan instrumentos que paguen más, “los bonos venezolanos
son de alto rendimiento y en ese sentido siempre hay quien esté dispuesto a adquirirlos”, dijo.
“Son riesgosos, pero todo instrumento financiero tiene un grupo meta, si mejoran las cosas en el país y los bonos salen a una tasa más baja eso le interesa a cierto público, y si presentan tasas más altas también tiene compradores, que están dispuestos a asumir más riesgo”, reiteró.
Indicó que el mercado internacional tiene la capacidad de recibir títulos venezolanos, “o cualquier otro de alto riesgo”, las tasas de interés en dólares van a subir, pero probablemente aumentarán poco.
Los ofertantes están dispuestos a tomar un poco más de riesgo para poder cumplir metas de rendimiento a mediano plazo.
“Si el modelo económico que el Gobierno está discretamente montando da señales de interés y seriedad, eso podría ayudar a que la deuda se emitiese a precios más bajos, y eso es más conveniente para la República, pero en el peor de los casos aunque no hagan nada siempre habrá compradores, si la rentabilidad es alta”, apuntó.
Jaramillo subrayó que Venezuela tiene mucha “incertidumbre”, y si no se maneja la deuda sale cara, podría estar alrededor de 200 puntos básicos por encima de lo que pudiera estar rindiendo la deuda hoy, o sea que podría haber papeles de la República cerca de 14%, y de Pdvsa por 16%, previó.
El especialista inquirió sobre ¿qué debería hacer Venezuela para rebajar el costo de su deuda?,
“habría que tomar medidas en cuanto al déficit fiscal, eso pasaría por bajar el gasto público, aumentar los niveles de impuestos, tener una política cambiaria mucho más clara, y dar señales de que la economía se está moviendo en un patrón dirigido hacia el crecimiento, pero eso tiene costo político”.
Añadió que ante este panorama la pregunta que se hace un político es “¿me interesa reducir mi costo financiera a expensas de mi costo político?, probablemente la respuesta es no”.
Títulos podrían ser onerosos
El economista Humberto García Larralde reconoció que “hasta ahora, Venezuela con todo y la crisis financiera que está viviendo no ha faltado a sus compromisos de pago, pero la situación difícil que tenemos en la balanza comercial, en la que el país no está cobrando todo el petróleo que exporta, con millonarias deudas
por cobrar y pagar, no daría garantías para las emisión de títulos en dólares”.
“Entonces la emisión de bonos a nivel internacional, con el bajo rating crediticio de Pdvsa, resultaría oneroso para la empresa y para el país, y me temo que de darse no sería para mejorar su posición como empresa, sino para alimentar el Sistema Cambiario Alternativo de Divisas (Sicad 2), por lo que creo que sería negativo”, insistió.
Señaló que el único camino para que una emisión de bonos al plano internacional tenga éxito es cambiar “radicalmente” la política economía de Venezuela en el ámbito fiscal, pagar las cuentas están por alrededor de
14.000 mil millones de dólares con el sector privado (líneas aéreas, sector automotriz, medicamentos), unificar el tipo de cambio, promover políticas que susciten la inversión y den garantías.
Riesgo país
El especialista en consultoría de información, José Huerta, coincidió que
“por el riesgo país que es muy alto en este momento”, no están dadas las condiciones para que Venezuela o Pdvsa emita bonos en dólares para el mercado internacional.
“Eso se traduce en la tasa de interés de los cupones, pues tendría que ser lo suficientemente alta para compensar el riesgo; este es alto no solo por el clima de conflictividad, sino porque la información sobre la situación de Pdvsa ya es conocida en los mercados (problemas de producción, incumplimiento en pagos a proveedores, dificultades en su flujo de caja”.
En febrero de este año, Venezuela culminó como uno de los países con más riesgo, y se previó que si la República necesitaba obtener
financiamiento para cubrir parte de sus gastos a través de la venta de bonos en el exterior, tendría que pagar una altísima tasa de interés.
Acostumbrados al riesgo
El economista jefe de la región andina del Bank of American -Merrill Lynch, Francisco Rodríguez, señaló que
“los inversionistas están acostumbrados al riesgo político de Venezuela”, y que de existir cambios en la economía que den señales positivas “habrán empresarios que comiencen a ver el sistema estable y comenzarán a evaluar sus oportunidades de inversión”.
Dejó al descubierto que la política cambiaria ha sido un tema medular desde hace algunos años en el país, y que los pasos que se han dado recientemente para corregir el sistema cambiario, como la implemetación del Sicad 2,
han sido positivos y bien recibidos por los mercados internacionales.
Sostuvo la necesidad de racionar el gasto y reactivar un fondo de estabilización macroeconómica, y sincerar subsidios.