Titoli di Stato area non Euro ARGENTINA obbligazioni e tango bond (26 lettori)

m.m.f

Forumer storico
Il fmi accetterà di dilazionare i suoi rimborsi solo se nessuna altra scadenza avvenga prima. Vuole rimanere privilegiato in tutti i sensi. Quindi se spalmi di 10 anni il debito del fmi devi fare in modo tale che tutte le scadenze siano tra più di dieci anni..ma prima riscadenzi il debito e poi forse il fmi ti fa la grazia


...nel durante non sgancia più nulla.Comunque con questa sono due volte che l'FMI contribuisce in Argentina a un disastro.
 

tommy271

Forumer storico
Otro test preelectoral: vencen hoy más letras y el bono PAR

30 Septiembre 2019 - 00:00

Será clave ver qué ocurre con el dólar ahora que se redujo la brecha a menos del 10%. Con las reservas, que el viernes bajaron u$s290 millones, y con los depósitos en dólares, cuyos retiros volvieron a acelerarse.

Alejandro Colle






Hoy el mercado volverá a enfocar la mirada sobre los vencimientos de varios títulos públicos por un monto equivalente a no menos 650 millones de dólares.

Se trata del pago de dos letras en pesos reprogramadas, las Lecer (X30S9) que ajustan por el coeficiente CER y las Lecap (S30S9), capitalizables mensualmente por tasa de interés. La reprogramación, dispuesta unilateralmente por el Ministerio de Hacienda de Hernán Lacunza el 28 de agosto, significa que al vencimiento se pagará 15% a los tenedores que son personas jurídicas y el 100% a las personas humanas.

Según analistas técnicos, entre ambas letras el Gobierno deberá hacer frente hoy a no menos de $22.650 millones, que es la parte correspondiente a las personas jurídicas. Admiten que es difícil precisar cuánto de las emisiones originales están en manos de inversores particulares, sea en forma individual o a través de fondos comunes, razón por la cual solo atinan a estimar un monto mínimo.

Sea cual fuera el monto final, las opiniones están divididas respecto del destino de los pesos. Parte podría ir a dólar, en el caso de los beneficiarios que hubieran decidido dolarizar sus carteras, favorecidos hoy por la caída de las cotizaciones del dólar MEP o dólar Bolsa y del contado con liquidación (CCL). Estos precios que surgen del arbitraje de títulos como el Bonar 2024 (AY24) o las acciones y los ADR de YPF, quedaron en $60,80 y $62,70, respectivamente, con brechas del 6% y 9% respecto del dólar transferencia o mayorista.

Pero también recuerdan que hace una semana el fondo californiano PIMCO optó por reinvertir en pesos cuando cobró la renta del BoPoMo (TJ20), el bono que ajusta por la tasa de política monetaria, del cual tiene el 40%. Habría optado mayormente por los bonos que siguen a la inflación y la tasa Badlar, mientras pelea en la Emerging Markets Traders Association (EMTA) que se reconozca al contado con liquidación como el dólar válido para compensar las operaciones de futuro NDF en Nueva York, con las que se cubrió de la suba del tipo de cambio ocurrida después de las PASO.

El vencimiento de hoy de las letras en moneda local representa el equivalente a unos u$s400 millones. Esos pesos podrían presionar por el lado de la demanda en un mercado de cambios que, aún limitado en acceso por la introducción del cepo light a principios de mes, e intervenido por las ventas del Banco Central y las entidades oficiales, opera a media máquina con un volumen promedio de u$s300 millones diarios, solo superado por los 436 millones del viernes, debido a las coberturas de fin de mes.

Cabe recordar que la exportación, pese a la obligación de ingresar y liquidar divisas a los 5 días de percibida la contraparte de las operaciones de comercio exterior, está vendiendo un promedio de u$s80 millones diarios.

Además del desequilibrio del mercado cambiario y la dimensión de la brechas entre los distintos tipos de cambio, el mercado está siguiendo de cerca lo que sucede con las reservas internacionales. El viernes las reservas del Banco Central cayeron 290 millones de dólares, principalmente por el vencimiento de las Letes en dólares, (U27S9), por las cuales el Tesoro tuvo que pagar unos u$s250 millones. En el mes las reservas acumulan una merma de u$s5.160 millones, para quedar en u$s40.938 millones.

Hoy es probable que se vuelva a observar una nueva caída en el stock de reservas, ya que se produce el vencimiento de los bonos Par 2038 en sus diversas versiones. Son los PARA, que se rigen por Ley Argentina; los PARY, por Ley extranjera, y los menos negociados PAYO y PAAO emitidos en 2010 bajo ley local. Estos títulos públicos no fueron reprogramados y hasta que no se defina qué sucederá con la reestructuración, reperfilamiento o reconformación de la deuda soberana, deberán seguir “performing”, es decir, pagando los cupones a su vencimiento como fue establecido en sus condiciones originales, para evitar caer en default, lo cual complicaría las conversaciones con los acreedores para encarar una negociación amigable.

En conjunto por el vencimiento de los Pares que se produce hoy, los analistas estiman que el Gobierno tendrá que desembolsar unos 254 millones de dólares. Cifra que probablemente coincidirá con la baja de las reservas al final del día.

Habrá que ver lo que sucederá con los depósitos en dólares del sector privado en el sistema financiero, ya que los eventuales retiros también afectan a las reservas: buena parte de los depósitos están inmovilizados como encajes en el Banco Central y figuran dentro de las reservas. Esos encajes deben ser restituidos a los bancos cada vez que se produce un retiro neto de colocaciones en moneda extranjera.

El goteo de depósitos, que se había reducido de los picos de u$s600 millones en los primeros días del cepo a menos u$s100 millones diarios, volvió a acelerarse a 170 millones, según datos oficiales del BCRA al 25 de septiembre. Desde el día posterior a las elecciones primarias, el retiro de depósitos en dólares fue de u$s11.143 millones, dejando el stock en u$s21.536 millones.

alejandrocolle@gmail.com

Otro test preelectoral: vencen hoy más letras y el bono PAR
 

tommy271

Forumer storico
Deuda: en el exterior ven un escenario de quita peor que en el caso ucraniano

30 Septiembre 2019 - 00:02

Parece la palabra prohibida. Nadie la quiere pronunciar. Unos pocos, a nivel local, no dudan en señalar que sin una condonación de la deuda no hay solución. Expertos internacionales anticipan que la pérdida, para los bonistas, será mayor bajo un escenario similar al del default de Ucrania años atrás.


Jorge Herrera







Un alto funcionario del Gobierno, con línea directa con el FMI, le comentó a este diario que el equipo económico coincide con el enfoque de negociación voluntaria con los acreedores sin quita que parece proponer el equipo de Alberto Fernández. Pareciera que todos se muestran empecinados en referirse al caso uruguayo como única salida. En tal sentido, la mencionada fuente oficial reconoció que no había tiempo que perder para sentarse a negociar con los acreedores; de ahí, cierto apuro con el proyecto de ley de reperfilamiento de la deuda que duerme en el Congreso.

Pero en el debate local hay otros analistas, como por ejemplo Carlos Melconian (MacroView), que enfatizan que no hay posibilidad de no pensar en que no habrá quita. Así lo advirtió que en la Cumbre del IAEF, donde dijo que “sin quita de deuda será pan para hoy y hambre para mañana”. El extitular del BNA señaló que la reestructuración de la deuda soberana viene sí o sí, y que no alcanza con reperfilar a la uruguaya. Quita habrá seguro, quizás, sin llegar al extremo de la quita criolla de 2005.

Antes de entrar de lleno en la visión de los expertos externos sobre el caso argentino, vale mencionar que la semana pasada los especialistas del Institute of International Finance (IIF) recalcularon las necesidades de financiamiento de Argentina y llegaron a la conclusión de que “si bien no son las más altas entre los países emergentes, las necesidades de financiamiento del Gobierno son elevadas y es poco probable que disminuyan rápidamente en los próximos años”. Hacen hincapié en el alto riesgo que implican los altos compromisos en moneda extranjera en los próximos años, lo que plantea cuán sensible es el panorama de la deuda a las fluctuaciones del tipo de cambio.

Ahora bien, con relación al debate sobre la solución uruguaya a una futura renegociación con los acreedores, en el exterior ven en el default ucraniano de 2015 más paralelos con la situación actual de Argentina.
Un ejemplo de eso es el reciente paper de los economistas de Oxford Economics, Gabriel Sterne y Carlos de Sousa, “Default to hurt bondholders way more than Ukraine´s”, en el cual analizan el caso argentino y que tuvo mucho eco entre los principales bancos y fondos de inversión internacionales.

Entre las principales conclusiones a las que arribaron los expertos de Oxford, que de arranque señalan que el ejemplo ucraniano podría ofrecer cierto consuelo a los tenedores de bonos argentinos, creen en realidad que el caso criollo será relativamente más doloroso tanto para la economía como para los bonistas. Al respecto destacan que ven varias razones por las cuales es probable que Argentina ofrezca un resultado mucho más adverso para los tenedores de bonos que el incumplimiento de Ucrania.

En primer lugar, destacan que la relación Deuda/PBI de Argentina sea probablemente un 33% mayor en el período previo a la reestructuración. En segundo término, que la participación de los bonos en moneda extranjera es mucho más alta (en el caso de Ucrania, gran parte de la reducción de la deuda fue proporcionada por tasas de interés reales muy negativas sobre la deuda en moneda local). En tercer lugar, hay un alcance más limitado para el ajuste fiscal; y por último que la agenda política es mucho menos propicia para el ajuste en el caso argentino.

“Un escenario de lose-lose es bastante probable para los tenedores de bonos y para la economía. Los ingredientes están en su lugar para esperar una negociación de reestructuración difícil y prolongada, en parte porque el papel del FMI como honest broker en tiempos de crisis se ha visto debilitado al doblegar sus propias prácticas de préstamo bajo el programa”, sostienen los economistas de Oxford, que frente a esto vislumbran que así “es probable que la quita al tenedor de bonos esté en un rango de 40%-60% del valor nominal”. Respecto del amplio rango explican que “también refleja la incertidumbre sobre la fortaleza de Argentina frente a las posiciones de negociación con sus acreedores. Los ingredientes podrían generar negociaciones desordenadas y prolongadas que podrían socavar las valoraciones”.

El estudio de Oxford destaca que Argentina no solo enfrenta un problema de liquidez sino también de solvencia, a pesar de lo que sostiene el Gobierno de Macri. Además “el incumplimiento de Ucrania en 2015 nos recuerda los beneficios de comprar en la parte inferior de la curva: fue correcta la huida de los tenedores de bonos argentinos tras la sorprendentemente cómoda victoria del candidato populista Alberto Fernández sobre el actual presidente Mauricio Macri en las Primarias de agosto. La noticia desencadenó una fuga de capital y el posterior incumplimiento de la redefinición de la deuda interna”. Tras un extenso análisis de cómo evolucionaron los bonos ucranianos tras la reestructuración y en medio del conflicto con Rusia, los economistas se enfocan en las causas de por qué el caso de Argentina es peor que el de Ucrania. “Hay varias razones para ser pesimista sobre la reestructuración de la deuda de Argentina en relación con la de Ucrania”, afirman y pasarn a detallar.

La relación Deuda/PBI de Argentina es significativamente más alta que la de Ucrania antes de su reestructuración. Según las reglas del FMI, creemos que la deuda proyectada por encima del 80% del PBI a mediano plazo es insostenible, y es posible que se requiera una quita para llevarla por debajo de ese nivel a mediano plazo. Las perspectivas para Argentina en la actualidad son considerablemente peor de lo que era para Ucrania a fines de 2014, aunque la relación Deuda/PBI de Ucrania había aumentado aún más en el momento de la reestructuración, principalmente debido a una importante depreciación que aumentó el valor en moneda local de la deuda en moneda extranjera.

La participación de los préstamos del FMI fue alta en Ucrania (13% del PBI) pero es aún mayor en Argentina (15% del PBI). El FMI, por supuesto, no tendrá quita, no importa cuán imprudentes se perciban sus políticas crediticias. Cuanto más grandes sean los préstamos del FMI, mayor será la quita para los privados que perdieron la oportunidad de salir durante el período de préstamos imprudentes del FMI.

La participación de los bonos en dólares en la deuda total es mucho mayor en el caso de Argentina. En Ucrania, fue más fácil inflar el valor de la deuda en moneda local que exigir un mayor recorte para los tenedores de bonos. En el caso argentino la participación de los bonos en dólares es del 65% del PBI, eclipsando el 25% del PBI de Ucrania en el año anterior al default. La mayor parte del alivio de la deuda de Argentina debe provenir de los bonos en dólares. Se requerirá un recorte de al menos 30% para que la relación Deuda/PBI sea inferior al 80%, que probablemente sea la relación más alta que el FMI aún podría considerar sostenible.

La Argentina necesitará restricciones adicionales en la cuenta de capital. Ucrania tenía controles de capital desde principios de 2014, lo que le permitía al país imponer tasas de interés reales muy negativas sobre su deuda en moneda local y facilitar aún más la inflación de esta parte de su carga de deuda. Argentina acaba de reintroducir algunos controles de divisas, pero su cuenta de capital todavía está relativamente abierta. Por lo tanto, es probable que las salidas de capital den como resultado una mayor depreciación del tipo de cambio real y un aumento de la relación Deuda/PBI a corto plazo.

El alcance del ajuste fiscal es mucho más limitado en Argentina. El programa de Ucrania se había descarrilado debido a la falta de esfuerzo fiscal en los regímenes anteriores, incluido el del presidente pro-ruso Yanukovich, que pidió prestados u$s3.000 millones de Rusia en lugar de ir al FMI. El nuevo gobierno pudo implementar un duro ajuste fiscal. Por el contrario, Argentina está a punto de votar a un gobierno reformista en gran parte debido a la fatiga a la austeridad.


Deuda: en el exterior ven un escenario de quita peor que en el caso ucraniano

***
Analisi, da leggere.
 

tommy271

Forumer storico
Cruce de mensajes entre Alberto Fernández, el FMI y los fondos financieros

La renegociación de la deuda ya empezó


Al tiempo que Lipton daba por interrumpida la relación con el actual gobierno, el candidato del FdeT intercambiaba propuestas con los inversores.

Por Raúl Dellatorre






La renegociación de la deuda entre el futuro gobierno argentino, los acreedores internacionales y los organismos multilaterales de crédito comenzó esta semana. Aunque no haya habido una convocatoria formal, las pulseadas comenzaron vía mensajes en los anuncios o declaraciones, y hasta en alguna charla privada entre las partes. En definitiva, no muy distinto a como acontece cuando existen negociaciones formales. Lo concreto es que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, fijó sus pretensiones ante el FMI, advirtiéndole que no está dispuesto a seguir con las condicionalidades del acuerdo "stand by", y a la vez le hizo saber a los mercados financieros cuáles son las condiciones en las que está dispuesto a pagar: una renegociación "a la uruguaya", lo que significa canjear títulos de mediano plazo por otros más largos, respetando monto e intereses. "Más plazos pero sin quita".

La primera señal de que se iniciaba una nueva etapa en la negociación de la deuda la dio David Lipton, número dos formalmente en el FMI pero el hombre fuerte en verdad, en tanto representante de Estados Unidos en el Directorio. El organismo "trabajará para una eventual reanudación de una relación con Argentina, algún tipo de relación financiera, pero puede tener que esperar un tiempo", le dijo a Bloomberg Radio. Que fue lo mismo que decir que la relación está interrumpida y que el desembolso de 5400 millones de dólares no vendrá hasta nuevo aviso. O nuevo gobierno.

Desde las filas del aspirante a presidir el país desde el 10 de diciembre circuló una hipótesis de trabajo audaz: rechazar el desembolso de 5400 millones, incluso el de 1000 millones correspondiente a diciembre, y dar por caído el acuerdo "stand by" hasta tanto el FMI aceptara renegociar los plazos de devolución de lo ya recibido, con un nuevo acuerdo que liberara al nuevo gobierno de las condicionalidades (compromisos de política económica que atan de pies y mano al plan de gobierno). Incluso se llegó a plantear la devolución de los 7200 millones de dólares que el FMI otorgó como "refuerzo de reservas", a menos que los liberara para el pago de vencimientos.

A la par de este planteo duro hacia el organismo multilateral, Alberto Fernández lanzó una propuesta más amigable hacia los capitales financieros. El candidato reconoció, durante su visita a Córdoba, que mantuvo contacto con inversores internacionales y de ese diálogo surgieron ideas "mejores a lo que tenemos". La alternativa de una renegociación "a la uruguaya" surgió en esas conversaciones, una propuesta que habría sido sugerida por los banqueros intervinientes. ¿A qué está referida? A la refinanciación, mediante canje de bonos, que lanzó el gobierno de Jorge Batlle en abril de 2002 y cerró el 15 de mayo de 2003 con una adhesión de los tenedores del 95 por ciento de los títulos canjeables, que sumaban un monto nominal de 5236 millones de dólares. La propuesta consistía en canjear todos los títulos con vencimientos a más de un año, por otros por el mismo monto e igual tasa anual de interés, pero con una extensión de cinco años en los plazos respectivos. Al cerrar, los voceros del poder financiero lo definieron como un acuerdo ejemplar o "leading case".

Uruguay se encontraba en una situación que hacía previsible un default como consecuencia de los acontecimientos vividos en los cinco años anteriores. En el último trimestre de 1998 sufrió el primer coletazo de la recesión argentina, a lo que se sumó en el inicio de 1999 la crisis del Plan Real en Brasil. Pero el impacto final fue el estallido de la convertibilidad argentina en 2001, la crisis del corralito y la ola de depositantes argentinos que cruzaron a Colonia, Montevideo y Punta del Este para llevarse los fondos líquidos colocados en esa plaza. La consecuencia fue una crisis externa a la que Uruguay no estaba acostumbrado. Pocos meses después, el gobierno de Batlle presentó la propuesta de canje de bonos, tras dejar caer a los bancos más comprometidos.

La propuesta de "salida a la uruguaya" logró inmediata y manifiesta complacencia del sector financiero. "Es un buen principio para empezar a hablar", señalaron. Los grupos económicos más concentrados, en cambio, miran otro costado de la propuesta: plantean que el futuro gobierno debe mantener su compromiso con el ajuste fiscal, el impulso al comercio exterior vía un tipo de cambio real alto y avanzar en las reformas previsional y laboral. Este es el otro plano de la discusión: en qué medida un acuerdo concertado para salir de la trampa de la deuda y de la parálisis de la economía, no resulte en un encorsetamiento a las políticas públicas.


Producción y justicia social



Si el nuevo gobierno logra resolver el conflicto con los acreedores, deberá encarar de inmediato, o en simultáneo, las urgencias en el frente interno. ¿Cómo será la relación con los grupos dominantes? ¿De qué forma logra salir de un modelo de enriquecimiento financiero para pasar a otro modelo de producción y trabajo? ¿Cuál será la actitud de los grupos dominantes frente a esa posibilidad?

En un encuentro que tuvo lugar esta última semana entre organizaciones pymes, hubo una intensa arenga del diputado nacional José Ignacio de Mendiguren en favor de una concertación social, un gran acuerdo entre empresarios, sindicatos de trabajadores y sectores sociales sobre objetivos comunes y las cuestiones más urgentes.

Un veterano en estas lides, el ex dirigente de la CGE de los 70 y asesor del presidente Raúl Alfonsín en los 80, Rafael Kohanoff, hípeactivo a sus jóvenes 94 años, tomó la palabra para recordar que en sus varias décadas de militancia había participado de cada intento de pacto social o concertación. Y se manifestó "cansado" de ver que siempre fracasan por lo mismo: cada sector llega pensando exclusivamente en sus intereses y en la mejor forma de defenderlos, sin redisposición a ceder ni un centímetro. "Eso no es un acuerdo social", desafió a los presentes. Si el Estado, que representa a todos, no lleva los ejes centrales de una propuesta para los problemas "que requieren una acción inmediata y drástica" (pobreza, inflación, desindustrialización, escasez de divisas, falta de inversión, por ejemplo), reclamando que todos los sectores se comprometan con esas metas, no hay acuerdo o concertación posible.

Quizás sea el momento de aprender de las propias experiencias.

La renegociación de la deuda ya empezó | Cruce de mensajes entre Alberto Fernández, el FMI y los fondos financieros
 

Users who are viewing this thread

Alto