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Los titulares de productos complejos, a medio camino entre las acciones y las obligaciones (los llamados instrumentos híbridos de capital), como participaciones preferentes y deuda subordinada, tendrán que aceptar canjes a precio de mercado más un 10% como máximo, según se contempla en el real decreto que regula la reestructuración y liquidación de entidades financieras anunciado hoy por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) podrá imponer un canje determinado si considera que la absorción de pérdidas por parte de los acreedores ha sido insuficiente.
De Guindos ha explicado que el canje se calculará con arreglo al cálculo del valor actual de estos complejos productos (algunos tienen vencimiento a perpetuidad) y se pagarán con otros productos como acciones, bonos o depósitos, "más simples y mucho más transparentes", en palabras del ministro.
En cuanto a la colocación futura de este tipo de instrumentos, se refuerzan los poderes al respecto de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y se pedirá a los clientes minoristas "no idóneos" que escriban de su "puño y letra" que han sido advertidos de que el producto "no les resulta conveniente".
Además, se introducen restricciones para la comercialización de estos productos a futuro para garantizar la protección de los inversores minoristas. El Gobierno ha fijado la inversión mínima en 100.000 euros, en el caso de las sociedades no cotizadas, y de 25.000 euros, en el de las cotizadas.
Los titulares de productos complejos, a medio camino entre las acciones y las obligaciones (los llamados instrumentos híbridos de capital), como participaciones preferentes y deuda subordinada, tendrán que aceptar canjes a precio de mercado más un 10% como máximo, según se contempla en el real decreto que regula la reestructuración y liquidación de entidades financieras anunciado hoy por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) podrá imponer un canje determinado si considera que la absorción de pérdidas por parte de los acreedores ha sido insuficiente.
De Guindos ha explicado que el canje se calculará con arreglo al cálculo del valor actual de estos complejos productos (algunos tienen vencimiento a perpetuidad) y se pagarán con otros productos como acciones, bonos o depósitos, "más simples y mucho más transparentes", en palabras del ministro.
En cuanto a la colocación futura de este tipo de instrumentos, se refuerzan los poderes al respecto de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y se pedirá a los clientes minoristas "no idóneos" que escriban de su "puño y letra" que han sido advertidos de que el producto "no les resulta conveniente".
Además, se introducen restricciones para la comercialización de estos productos a futuro para garantizar la protección de los inversores minoristas. El Gobierno ha fijado la inversión mínima en 100.000 euros, en el caso de las sociedades no cotizadas, y de 25.000 euros, en el de las cotizadas.
