Titoli di Stato paesi-emergenti VENEZUELA e Petroleos de Venezuela - Cap. 1

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Venezuela es el noveno exportador de petróleo a nivel mundial (vía @Statista_ES)
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Jose Guerra‏@JoseAGuerra




Luminarias de la revolución. Sanguino en el BCV, Lobo en Economía, Moreno en el TSJ y Adrián Solano como esquiador estrella. Que decadencia

Lo que más me impresiona de la revolución es su fuerza moral representada ahora por Samark López y Rafael Ramírez & Co.
 
The New York Times, el favorito del gobierno de Maduro
Feb 25, 2017 1:19 pm

Una “campaña mediática” que busca una intervención de Estados Unidos y crear una matriz de opinión contra Venezuela. Este ha sido el argumento del gobierno Nicolás Maduro contra los medios estadounidenses desde que asumió el poder, pero al mismo tiempo usa a uno de los más famosos, The New York Times, para dar a conocer su versión de los hechos, algo que ha ocurrido en cinco ocasiones desde 2013, publica El Nacional.

Por JORGENIS HERNÁNDEZ | @JH_PACO
[email protected]






La más reciente publicación en el diario neoyorkino, en su versión impresa, fue el 22 de febrero: una carta abierta del vicepresidente Tareck El Aissami al Departamento del Tesoro de Estados Unidos y al secretario del organismo, Steven T. Mnuchin, a una semana que la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros emitiera un comunicado en el que afirmó que El Aissami había facilitado el envío de cargamentos de drogasdesde Venezuela, además de proporcionar protección a otros traficantes.

En el texto pidió a las autoridades estadounidenses rectificar en la aplicación de “políticas y medidas claramente ilegales en el ámbito del derecho internacional, agresivas e injustas en materia de derechos humanos, peligrosas para las relaciones internacionales, e inconstitucionales, a la luz de la propia carta magna norteamericana”.

Las políticas y medidas a las que se refiere el segundo al mando del gobierno de Nicolás Maduro son la congelación todos sus bienes en Estados Unidos, un vetopara su entrada a ese país y la prohibición a las empresas y ciudadanos estadounidenses de hacer negocios con él y sus empresas. Las mismas decisiones se aplicaron a SamarkLópez Bello, a quien las autoridades estadounidenses consideran “testaferro” del vicepresidente.

La carta abierta defiende al ex gobernador del estado Aragua y reafirma los argumentos que ha esgrimido el gobierno venezolano sobre la lucha del país, y personalmente de El Aissami, contra el narcotráfico después de la expulsión de Venezuela de la agencia de narcóticos de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés).

Aunque el gobierno del presidente Maduro no ha asumido públicamente que fueron quienes pagaron el aviso, que fue publicado a página completa y a full color, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, usó su Twitter para difundir la carta.

El Aissami no pudo haber pagado por sí mismo la publicación del documento, que está firmado por él, debido a las sanciones del gobierno estadounidense. The New York Times no puede revelar la información de quien fue la persona encargada de la transacción, pero se pudo conocer que un aviso con las mismas características tiene un costo mínimo de 148.293 dólares.

La respuesta del vicepresidente al gobierno estadounidense eleva a cinco la cantidad de textos de autoridades venezolanas que se han difundido en los últimos cuatro años en el medio y a más de 300.000 dólares los gastos por los mismos.

Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Tareck El Aissami son las tres firmas que han aparecido en el medio, tanto en su versión impresa como en la digital. A ellos se les suma el Ministerio de Relaciones Exteriores.

El jefe de Estado ha aparecido firmando en dos ocasiones en el diario neoyorkino. Una en la edición impresa y otra en la digital.

El 1ero de abril de 2014 la sección de opinión del medio, en su versión digital, tuvo una nueva firma: Nicolás Maduro. El presidente de la República escribió un artículo en la época de las protestas que empañaron su primer año de gobierno para defender a Venezuela de las informaciones que circulaban a nivel mundial.

Maduro refutó las acusaciones contra su gobierno y la falta de democracia en el país, además criticó las protestas opositoras y los actos de violencia ligados a ellas porque solo querían derrocar al “gobierno elegido constitucionalmente”. Reiteró que Estados Unidos apoyaba a los manifestantes y recordó que había más de dos docenas de fallecidos. Aseveró que Venezuela quería paz y diálogo.

Cinco meses después Maduro dio el paso de lo digital a lo impreso. El 28 de septiembre una foto, a todo color, del jefe de Estado en la Organización de Naciones Unidas encabezaba un texto en el que se pedía la refundación de la Organización de Naciones Unidas, el fin del “acoso” financiero a Argentina y del bloqueo a Cuba, la libertad de Puerto Rico y de su activista Oscar López Rivera. También se condenaba la ola terrorista en Siria, Irak, Libia y Palestina. Además se anunciaba una donación de cinco millones de dólares para apoyar a los países afectados por el ébola.

Para la época se estimó que el costo del aviso había sido de 100.000 dólares, pero nunca se conoció cuánto pagó el gobierno por la publicación.

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Oppenheimer: Trump tiene una oportunidad de oro para ayudar a lograr la democracia en Venezuela


Muchos opositores y exiliados venezolanos albergan la esperanza de que el presidente Donald Trump tome una línea dura contra Venezuela y ayude a restaurar la democracia en ese país. Pero soy escéptico de que eso ocurra, al menos por ahora, por motivos que no tienen nada que ver con Venezuela.

ANDRÉS OPPENHEIMER / [email protected] / El Nuevo Herald






Es cierto que Trump ha recibido en los últimos días a la esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López, y que el gobierno de Trump anunció el 13 de febrero el congelamiento de fondos del vicepresidente venezolano Tareck El Aissami en Estados Unidos, acusándolo de ser un capo del narcotrafico.

Y hay muchas otras cosas que Trump podría hacer unilateralmente –si quisiera– contra el gobernante venezolano Nicolás Maduro.

Trump podría, por ejemplo, ordenar al Departamento de Justicia de Estados Unidos que dé a conocer los nombres de los altos funcionarios venezolanos que recibieron $98 millones en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Los pagos se hicieron entre 2006 y 2015 durante los gobiernos de Hugo Chávez y Maduro, según funcionarios estadounidenses que, junto con fiscales brasileños y suizos, participaron en la investigación.

Trump también podría decidir reducir las importaciones de petróleo de Venezuela, aunque esto ha sido estudiado y rechazado por todas las administraciones estadounidenses en los últimos 17 años. Muchos dicen que eso sería técnicamente complicado, y podría elevar los precios del petróleo.

Pero, según me dicen varios diplomáticos en Washington y América Latina, ninguna de estas medidas unilaterales haría mucho para restaurar la democracia en Venezuela. De hecho, salvo las invasiones militares de Estados Unidos a Granada (1983) y Panamá (1989), que nadie quiere repetir, ninguna acción unilateral estadounidense ha terminado con una dictadura latinoamericana en las últimas décadas, señalan.

Estados Unidos sólo ha podido lograr resultados contra regímenes autoritarios en America Latina en los últimos tiempos cuando lo hizo conjuntamente con otros países latinoamericanos.

En el caso de Venezuela, si Washington toma medidas unilaterales que vayan más allá de sanciones a altos funcionarios, sólo logrará darle más argumentos a Maduro para proclamarse una víctima del “imperialismo”.



TRUMP Y VENEZUELA: UNA RELACIÓN QUE POSIBLEMENTE NO EXISTIRÁ



La mejor manera de forzar elecciones libres en Venezuela será a través de la amenaza de sanciones diplomáticas colectivas de los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos.

La Carta Democrática de la OEA prevé tales sanciones diplomáticas si la mayoría de los países miembros las apoyan. Y el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, me dijo en una entrevista reciente que está a punto de lanzar un nuevo llamado para activar la Carta Democrática.

El problema es que la mayoría de los países latinoamericanos no van a votar junto al gobierno de Trump mientras el presidente de Estados Unidos siga atacando a México.

Las medidas de Trump contra la inmigración, su postura contra el libre comercio y sus insultos contra México lo han hecho tan impopular en América Latina, que se ha convertido en políticamente radioactivo. Muchos presidentes latinoamericanos temen que un voto contra Venezuela sea visto como un voto pro Trump.

Mi opinión: Trump tiene una oportunidad de oro para ayudar a lograr la democracia en Venezuela, porque la mayor parte de América Latina está tomando distancia del desastroso régimen venezolano.

Durante los últimos 18 meses, los votantes de Argentina, Brasil, Perú, Bolivia, Ecuador y hasta la propia Venezuela se han manifestado de distintas formas contra líderes populistas aliados de Maduro.

Si Trump dejara de atacar a México con sus insultos diarios y absurdas exigencias de que el gobierno mexicano pague por un muro de $25,000 millones que no servirá de mucho –el 40 por ciento de los indocumentados llegan a Estados Unidos por avión y se quedan más allá de lo permitido, y la inmigración de México ha disminuido significativamente en los últimos años– tendría más apoyo de América Latina que cualquiera de sus últimos predecesores.

La única manera de ayudar a restablecer la democracia en Venezuela será a través de sanciones diplomáticas colectivas de la OEA, pero eso no ocurrirá mientras Trump siga insultando a México. Y, por ahora, Trump parece más dispuesto a complacer a los xenófobos antimexicanos entre sus seguidores que a ayudar a restituir la democracia en Venezuela.

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Ambienti filo-USA.
 
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