Nota de Coyuntura – Pagarán o no pagarán…
3 abril, 2017Actualidad,
Nota de Coyuntura,
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El mes de marzo ha sido bastante negativo para la deuda venezolana y no sin razón. Por un lado, se ha registrado una caída promedio de 10,0% en el precio del petróleo que, aunado a una caída constante de la producción promedio de 20.000 barriles/día (20 kb/d) mensuales, han ocasionado una sensible caída de los ingresos petroleros. Por el otro, y quizás mucho más importante, empezamos a detectar una disminución en la voluntad de pago del Gobierno. Efectivamente, un Gobierno acorralado, con fuerte presión nacional e internacional y con una ruptura del hilo constitucional del país tiene mayores incentivos a no pagar sus obligaciones, y es por ello que en
Ecoanalítica pensamos que el riesgo de una cesación de pagos de la deuda se ha incrementado sensiblemente.
Ante la caída de los precios petroleros, el Gobierno ha continuado recortando las importaciones. En los primeros dos meses del año nuestros indicadores de alerta temprana nos señalan una contracción promedio de 17% con respecto al mismo periodo de 2016. Por otra parte, los desembolsos hacia el sector privado han descendido 45%, pasando de un promedio de USD 15,9 millones en el primer trimestre del 2016 a USD 8,8 millones en el primer trimestre del 2017, y posiblemente llegando a su mínimo histórico en marzo de este año. Si bien es cierto que esta fuerte contracción de importaciones y de flujo de divisas hacia el sector privado puede interpretarse como una inamovible voluntad de pago, indicadores en cuanto a niveles de inventario y de probabilidad de conflicto social le están comenzando a indicar al Gobierno que estos recortes no son sostenibles en el tiempo, y que nuevas acciones/estrategias deben ser consideradas.
Fuentes internas en la oficina de crédito público nos indican que existe, por vez primera, una preocupación porque los dólares que se han venido acumulando para la concentración de pagos que está por venir sean usados para otro fin. Es de nuestro entender que PDVSA está muy cerca de culminar la acumulación de los recursos necesarios para cancelar el PDVSA17, por lo que el problema lo centramos más en la voluntad de pago, más que en la capacidad de pago de los próximos 2 meses.
En los meses de abril y mayo hay que pagar USD 3.583 millones entre capital e intereses, tanto de PDVSA como de la República, bajando a USD 313 millones para los meses de junio y julio. Adicionalmente, de los USD 3.583 millones que es necesario pagar entre abril y mayo, USD 2.234 millones, o el 62% del monto a pagar, se debería realizar el 12 de abril. Es decir que, si el gobierno quiere tomar una decisión de pagar o no pagar, aun teniendo los recursos, esa decisión la debe tomar antes del 12 de abril. Si a esto le sumamos el escenario de maximización de la confrontación política interna y externa a niveles no vistos anteriormente, en
Ecoanalítica creemos que esta combinación de factores ha incrementado de manera importante la probabilidad de una cesación de pagos en los próximos días.
Queremos ratificar lo que siempre hemos dicho: 1) Una cesación de pagos sería muy costosa para la nación y debería incrementar la probabilidad de un cambio de gobierno ante la posibilidad de que a PDVSA le embarguen activos sensibles como las cuentas por pagar. 2) Mantenemos la percepción de que los grupos cercanos al gobierno poseen altas posiciones de deuda externa tanto de PDVSA como de la República, lo que nos hace continuar pensando que el escenario más probable es que paguen en abril. 3) PDVSA ha ahorrado los recursos necesarios en sus cuentas y está en capacidad de realizar el pago del 12 de abril sin que se produzca una disminución de las reservas internacionales, si así lo decide el presidente Maduro. De nuevo, el problema está en la voluntad y no en la capacidad de realizar ese pago.
Dada la asimetría en la reacción que van a tener los precios de la deuda venezolana en los casos que se produzca el pago o no, le recomendamos a los inversionistas reducir su exposición a la deuda venezolana y/o moverse a posiciones más defensivas. Es decir, a pesar de que el escenario más probable es que paguen, no vemos en la situación actual que ese pago pueda ocasionar un “rally” de la deuda que compense los altos costos para los inversionistas que representaría la cesación de pagos el 12 de abril, aunque este escenario sea menos probable. Si se produce el pago el 12 de abril, los inversionistas podrán retomar sus posiciones, y esperar a la última semana de octubre o la primera de noviembre para ver como continúa esta novela.
Alejandro Grisanti
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