Ángel García Banchs: El control de cambios va a estallar de un momento a otro
  28 Abril, 2015
 
 
Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 28 abr 2015.-
 El director de Econométrica, Ángel García Banchs, es bastante optimista sobre el futuro de Venezuela. Pero no a 5, 10 o hasta 20 años, sino el inmediato.
  
 “Venezuela está en estrés como sociedad; está en desequilibrio. Todo  el mundo anda desequilibrado porque el presente sistema no ofrece  equilibrio alguno. O se recicla todo el estatismo o se establece el  sistema de mercado y es lo que yo digo que va a suceder: se va a  robustecer el sistema de mercado. El actual estado de cosas no es el  equilibrio; después de la tempestad viene la calma, y nunca es más  oscuro que cuando va a amanecer”.
 Así lo dijo el pasado jueves durante una conferencia de 
Econométrica, que presentaremos en dos partes.
 Comenzó su intervención recordando un artículo suyo, aparecido en 
El Universal  en donde hablaba de una tormenta perfecta. Allí, entre otras cosas,  García Banchs recomendaba acumular abundantes reservas para cuando  viniera esta situación, además de proceder a reordenar la economía, e  indicaba algunos pasos que debía seguir un gobierno de transición, que  no estuviera pensando en las próximas elecciones, como sí en el futuro  de las generaciones por venir. Sin embargo, admitió que hoy se considera  optimista.
 Utilizó una metáfora para pintar la situación actual del gobierno,  refiriéndose al caso de un domador que tenía un bistec y un látigo,  frente a un león, y que ahora el domador se ha quedado sin bistec: se ha  quedado sin populismo, se ha quedado sin inventario, se ha quedado sin  dólares; se ha quedado sin posibilidad de auxiliar el poder de compra de  los salarios, y que lo único que queda es el látigo, al cual apela  éste, incluso, por motivos de sobrevivencia.
 De modo que al quedarse el domador sin el bistec, continuó García  Banchs, y tomando en cuenta que el león tiene poder, no le queda otra  más que cambiar el látigo por el fusil, y que ese juego ya se sabía como  iba a terminar. “O se hace una reforma económica, y aparece el bistec o  el domador está fuera de juego”.
 Según García Banchs, 
aquí se han acumulado más de 250 mil millones de  dólares mal habidos, que se deben capitalizar, y que se están  capitalizando pero en esta circunstancia entraba el problema de cómo se  hacía para ingresar como socio al Country Club, es decir, como limpiar  esos capitales; esos 250 mil millones de dólares mal habidos. “El  chavismo ordinario es verde –sentenció-, no rojo”. Admitió que, en  efecto, había una vestimenta roja que partía de un cierto totalitarismo,  de un cierto castrocomunismo; pero que eso no pasaba de ser una simple  apariencia.
 
“El gobierno puede hacer todo lo que quiera; el gobierno puede  imprimir dinero hasta el infinito. Igual, la Casa de la Moneda en  Maracay no tiene restricción alguna. Asamblea Nacional que controle, no  tenemos. Entonces, no hay ni restricciones tecnológicas ni  institucionales: el gobierno puede aumentar el salario hasta el límite;  hasta lo que desee”.
 
Agregó que asimismo el gobierno podía permitir que el dólar negro  subiera y subiera mientras mantiene una tasa de cambio artificialmente  baja en 6,30, y los precios regulados en bolívares; pero que había una  cosa que ni éste ni ningún otro gobierno podía hacer y era dejar que los  inventarios cayeran por debajo de cero. “Desde el punto de vista  microeconómico sí es posible; mas no desde el punto de vista macro”.
 A juicio de García Banchs el gobierno ni podrá obligar a invertir  porque la inversión es una opción y no una obligación como tampoco puede  dejar que los inventarios caigan por debajo de cero.
 Recalcó que aquí  estaba la clave; es decir, que ha llegado el momento en que las  variables se van a transformar: ahora la política va a pasar a ser el  siervo y no el amo; el medio y no el fin.
 Aseguró, en ese sentido que la economía se va a imponer, y que los  dolores de cabeza ocasionados por los problemas económicos generados por  unas políticas económicas muy erráticas, se iban a acabar, y que esto  se iba a manifestar en una recapitalización de las empresas; recuperando  todas las pérdidas, asociadas al colapso del bolívar en el mercado  paralelo y haciendo posible la reposición de inventarios.
 
Reiteró que, a ese respecto, la resistencia económica que se ha  tenido dará sus frutos; aun cuando, según García Banchs, todas las  señales dijeran hoy en día lo contrario y que había mil razones para que  la sociedad estuviera estresada, que no pudiera dormir por las noches,  pero que la realidad de hoy no era la realidad del mañana más inmediato  porque, a su juicio, esto no es sostenible.
 Trajo a colación el caso de Perú de hace 20 años atrás, un país  convulsionado por el terrorismo de dos grupos guerrilleros; donde había  prostitución en las calles, delincuencia desbordada, escasez; controles  de cambio, controles de precios, déficit fiscal, y que, incluso, la  situación de ese país estaba mucho peor que la que tiene hoy en día  Venezuela, apostando muy pocos por Perú. Entonces se preguntó: ¿
dónde  está Perú hoy en día? No hay en la América Latina, respondió, otro país  con los indicadores de Perú, que está en una senda de crecimiento  sostenido.
 Pero hizo la salvedad de que Venezuela no tiene que esperar 20 años  para alcanzar ese desempeño económico; sobre todo porque cuenta con el  recurso del petróleo. 
“Aquí las cosas están tan mal hechas; que pequeños  cambios que se hagan van a tener resultados descomunales; como acabar  con la impunidad, sólo con corregir la política económica; pequeños  cambios”.
 Mencionó asimismo el caso de la Venezuela de la diáspora, integrada  por profesionales altamente calificados que se han tenido que ir del  país, y que está dispuesta a regresar bajo estas condiciones, y, en ese  sentido, aseguró que aquí no había un problema generacional sino  institucional. 
Seguidamente, mostró la metamorfosis que se opera en el  venezolano tan pronto se monta en un avión y llega a Aruba. Entonces  comienza a acatar todas las normas de la ciudadanía, y reiteró que no se  trataba de un problema generacional, sino institucional.
 -Que yo sepa, no existe ningún vuelo aéreo que dure una generación.  Todo es cuestión de unas horas. El problema no es el espacio ni el  tiempo; el problema es el espacio institucional.
 
Indicó que nosotros acatábamos la Constitución por tres razones; la  primera, porque nos conviene en tanto que sociedad que persigue un bien  común; la segunda, por miedo al castigo cuando no hay impunidad, y,  tercero, por convicción; alegando que cuando un individuo decide  respetar una norma es porque está convencido de que otro la acata  también como él.
 -El individuo escoge lo mejor para sí, egoístamente, y para la  sociedad. Por ejemplo, cuando vamos por el canal derecho manejando, ¿por  qué lo hacemos? ¿Por qué es tan fácil establecer esa convención social?  Porque hay una altísima probabilidad de que el otro, que viene en  dirección contraria, lo hace también por su canal derecho”.
 Reconoció que las convenciones sociales, por ejemplo, del Manual de  Carreño, eso puede llevar algún tiempo aprender pero que no había que  esperar a que las normas se cumplieran por convicción o por  internalización; bastaba con acabar con la impunidad y, a su modo de  ver, cuando se aumente el costo del quid de cumplir las normas,  tendremos resultados descomunales.
 
-De hecho –puntualizó-, si algo va a ser fácil de resolver es el  problema de la delincuencia. La delincuencia es un problema político.  Aquí se ha hecho ver que la pobreza y el capitalismo han propiciado que  aquí haya delincuencia. ¡Hay países mucho más pobres que Venezuela sin  delincuencia! La razón de la delincuencia en nuestro país es de carácter  político.
 Se remontó a la década de los sesenta cuando el Partido Comunista de  Venezuela decide abandonar la lucha armada, entonces queda un reducto  todavía de guerrilla que baja de las montañas, y comienza a operar en el  área urbana y que son los grupos irregulares que se dedican a robar  bancos, a robar carros, y que de allí obtenían botines pequeños;  
alegando esta gente, a ese respecto, que esos eran recursos para ayudar a  sus camaradas de Centro América; sólo que consideró que se trataba de  una industria de la delincuencia política y frente a la cual, sin  embargo, todos los gobiernos de la República civil se hacían la vista  gorda.
 Expresó el economista que este gobierno terminó metiéndolos en la  nómina del Ministerio de Interior y Justicia, y que los organizó,  primero, como círculos bolivarianos y luego como colectivos, y que en  todo caso estaban en la nómina del Estado; portando, incluso, algunos de  ellos una chapa, junto con un carnet del despacho de Interior, Justicia  y Paz; que tienen balas del Cavim; aparte de que los han dotado de  armas. “Por tanto, si algo va a ser fácil en Venezuela de acabar es con  la delincuencia porque se trata de un problema político partiendo del  hecho de que los grupos delictivos son del Estado”.
 
Recalcó que de un momento a otro estallará el control de cambio, y  esto porque, a su juicio, los inventarios no pueden bajar de cero;  además, porque la economía no va a crecer, que sería lo indispensable  para que ello ocurra. “La economía está en pleno empleo; pero lo está no  porque haya empleo de ocupación, que ahora es cuando más se ha  acentuado el desempleo y el subempleo, sino porque está en pleno empleo  desde el punto de vista de la materia prima; de los insumos y de muchos  factores de la producción”.
 
Según García Banchs hoy en día se vende todo lo que se produce y esto  porque hay cuellos de botella en una producción que jamás podrá  agrandarse al tamaño de la demanda; y de modo que cuando se corrijan los  problemas de la economía, desaparecerán esos cuellos de botella.
 Afirmó que aquí los problemas no se resuelven con dólares, puesto que  cualquiera que sea su cantidad, que le ingrese al gobierno, eso es como  echarlos por una cañería; primero, porque aquí no hay ninguna garantía  de que de que esos dólares se inviertan en la producción; segundo, que Econométrica  estima que 2 de cada 3 dólares, se convierten en sobrefacturación, y  que tan sólo 1 se convierte en mercancía; tercero, de ese dólar, si se  convierte en mercancía, aproximadamente, un 30 por ciento termina  saliendo de contrabando.
 Mañana, segunda parte…
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